El natural de Torres Jerez. Foto de Manolo OrtegaTORRES JEREZ REVIENTA ALMERÍA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Paco Torres Jerez traía a la corrida de Victoriano del Río, a la que había llegado por la vía de la sustitución de Cayetano, un tapabocas, y aunque parezca raro un tapabocas en un verano de 44 grados, Paco lo traía dentro del vestido de torear porque dentro del "vestio" estaba la rabia en contra del empresario que le había negado un puesto en la feria, habiendo salido la pasada por la Puerta Grande, porque dentro del "vestio" estaba la ira contra los paisanos que le negaron su apoyo cuando más lo necesitó, y porque dentro del "vestio" Paco Torres Jerez tiene un corazón henchido de torería que para felicidad y emoción del personal, ha derramado esta tarde.
El torero de Almería sacó el tapabocas, la raza torera, la casta, y se puso a torear al tercero como jamás habíamos visto en esta feria, entregado, centrado, realizando una buena faena por ambos pitones, sin fallos y teniendo como mayor virtud el temple. Dos orejas cortó después de una estocada defectuosa y suelta que escupe y un descabello, a un toro de Victoriano del Río que peleó en bravo en los dos primeros tercios y tubo una embestida fiera y encastada en la muleta aunque al final se rajó. Le dieron vuelta al ruedo inmerecidamente aunque su fue de gran ovación. La faena al sexto totalmente distinta por ser un toro distinto tuvo una emoción desbordante. Valiente, técnico, conocedor de los espacios y de los terrenos, la construyó bien e impuso en ella la ley de la verdad del toreo ante un toro que derribó al picador dando arreones y que salía de los pares de banderillas con la cara alta. A la muleta llegó igual, embistiendo bien en el cite pero saliendo con la cara por arriba y quedándose debajo sin pasar. Estocada ida y otras dos orejas.
La corrida de Victoriano del Río correctamente presentada excepto el sexto, más vareado. Aplaudidos primero y quinto. Cuarto aplaudido para molestar al torero y tercero de vuelta al ruedo. Primero y segundo buenos y nobles como las Hermanitas de la Caridad, tercero encastadito que se rajó, cuarto peligroso, quinto manejable y sexto con dificultades.
Rivera Ordóñez fue abroncado en el cuarto injustamente pues después de probarlo sin éxito se lo quitó de en medio de dos pinchazos, media tendida, trasera, atravesada y descabello. En el primero anduvo con oficio, aseado y templando mucho los muletazos que le dejó pegar, muy a gusto el toro. Recogió la ovación.
El Cid anduvo fácil con el segundo, aseado, relajado y lo pasaportó de estocada caída para saludar la ovación. En el quinto saludó después de banderillear, Alcalareño. El torero de Salteras estuvo correcto, sin apreturas, y a veces despegado, recibió una oreja bastante fácil.
¡Aquí paz y allí gloria!
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