01 agosto 2010

EL MANIFIESTO

El triunfador. Joao Moura

EL MANIFIESTO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Era el día primero de agosto, el primero después del tauricidio catalán y se convino por los profesionales del toro que se leyera un manifiesto en todas las plazas de España, incluidas las catalanas, claro está:

“Los profesionales de la tauromaquia manifestamos nuestro rechazo a la decisión del Parlamento Catalán de prohibir las corridas en esa comunidad.
Pedimos que cese la manipulación política de la fiesta, exigimos garantías de nuestro derecho al trabajo y exigimos respeto a la libertad individual de asistir a un espectáculo que es expresión de nuestra cultura y nuestras tradiciones.
En solidaridad con los aficionados catalanes y por la libertad de ir a los toros, ¡Viva la fiesta Taurina!”

Precisamente al manifiesto, la cosa catalana era la comidilla en el sorteo. Que muy mal, que eso de prohibir como que no, que España se acaba, que este presidente es un manta, que los políticos son unos sinvergüenzas, que eso se arregla con un cambio en las urnas, que es una prohibición anticonstitucional porque hay una Ley Taurina que rige en toda España, que los taurinos se lo tienen merecido, en fin toda clase de opiniones como no podía ser de otra manera.

Así se leyó en Marbella dónde a la sazón se celebraba una novillada de rejones. Los novillos del Cahoso, utreros, más bien toros por hechuras, pero muy desmochados, a Dios gracias pues alcanzaron muchos caballos, muy flojos, bondadosos, parados, excepto el tercero y el quinto que se dejaron más. Y ya se ve que lo de la crisis hace estragos porque Curro Bedoya hijo, Joao Moura hijo y el sustituto de Lupi operado en una mano, Francisco Palha, los torearon, teniendo, ambos tres, tomadas respectivas alternativas, si bien este último solo en Portugal.

Curro Bedoya defraudó por su vulgaridad, comenzó poniendo rejones de castigo al modo clásico, con las banderillas anduvo bullidor, se dejó enganchar bastante los caballos y las batidas en su segundo las hacia a destiempo. En este arte como en el de a pie, Dios no llama a todos por el mismo camino.

El niño de Moura se hartó de pegar caballazos en su primero que era rajado, pero la falta de templanza le hacia precipitarse, acelerarse y tomar prisas, en un oficio en el que la serenidad es condición principal, por los caballos sobre todo a los que se les trasmite todos nuestros oscuros pensamientos. En el quinto recuperó el portugués la credibilidad, anduvo más centrado, más templado e impuso el oficio a la precipitación.

El también portugués Palha tuvo una actuación muy discreta en el que cerraba plaza pero en el tercero hizo gala de buena monta, cae bien a caballo y los tiene muy bien puestos a la mano, despertó interés con cositas a tener en cuenta, por ejemplo, al toro parado en el centro del ruedo le anda con el caballo dándole la grupa para provocar las arrancadas. Se le vieron apuntes buenos en el conocimiento de los terrenos pero le hace falta templarse. En los pares a dos manos anda muy bien el chaval. A este nada que objetar en los atalajes, pero a los otros jinetes, ambos usando gamarras en algunos caballos y Bedoya para no caerse de las monturas, usa las mixtas algunas sin baticola y bocados portugueses.

En los tres últimos novillos actuaron los Forçados Amadores de Arronches que hicieron tres pegas extraordinarias aunque la última fue a la segunda vez.

¡Aquí paz y allí gloria!

FICHA:
Plaza de Marbella. Todos con la afición catalana.
Se corrieron seis novillos de El Cahoso, bien presentados, justos de fuerzas y parados, tercero y quinto se movieron posibilitando triunfos. Curro Bedoya hijo, dos pinchazos y rejón que descorda, silencio. Dos pinchazos, uno hondo bajo, otro más, y un rejón arriba bueno, al tercio junto al forçado de pega. Joao Moura hijo, dos pinchazos hondos y rejón bajo con derrame, silencio. Buen rejón, dos orejas, vuelta al ruedo con el forçado de pega. Francisco Palha que sustituía a Lupi por convalecer de una operación en la mano, rejón bueno, oreja. Rejón bajo, tarda en doblar, silencio.

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