Feria de Sevilla, sabado 30 de abril de 2011. Seis toros de Nuñez del Cuvillo, primero bravo con fuerte interés, ovacionado de salida y al arrastre. Segundo que hizo sobrero, con motor. Tercero mansurron en los primeros tercios y bueno en la muleta, se indulta injustamente. Cuarto noble pero lo matan en varas y se muere. Quinto parado. Sexto bueno. Julio Aparicio, pitos y pitos. Morante de la Puebla, ovación que saluda y pititos. José María Manzanares, trofeos simbolicos por indulto y dos orejas. Puerta del Príncipe.
Sevilla ha indultado un toro que no se lo merecia. Bueno, de escándalo en la muleta, pero que manseó en banderillas porque se fue a toriles. El tercero ha sido el paradigma del toro moderno que tanto buscan los ganaderos. Pero este no era de indulto. Otros buenos toros salieron, el sexto que embistió con más calidad y con más hondura aunque con menos motor. Y sobre todo el primero de la tarde que fue el toro bravo del encierro, y con el que me quedo como aficionado por ser el más completo, pero que no tuvo la culpa de que en el sorteo le tocara un matador pacato.
La faena que Manzanares ha realizado al toro indultado ha sido buena, no diré que no, pero ayuna de profundidad, y sin profundidad no hay verdad. Toreo si, el de ir y el de venir. El que se hace al hilo del pitón, el de embarcar y de vaciar, pero no el de cargar la suerte para darle aquello un ritmo profundo. Si hubiera Manzanares cargado la suerte, hubieramos visto su excepcional categoria para ser maestro de esto y sobre todo hubieramos visto si el toro hubiera sido el mismo, porque cargando la suerte, el toreo rotundo, rompe más los toros y descubre vicios. Bien está lo que parece, pero sépase que lo de hoy de Manzanares en Sevilla ha sido el encumbramiento del toreo moderno. Ahora sí que hasta aquí hemos llegado aquellos que aún creíamos en la verdad de este arte. Esta faena marca el antes y el despues del toreo, porque el toro marca el nuevo toro. Si Sevilla ha rubricado esto. Muy a mi pesar, un servidor abre la puerta de la modernidad del toreo. ¡Ea! ya estamos en el. Viva el toreo. Aún así, pongo mi espiritu resistente por delante y afirmo que el mismo Manzanares me gustó más en el sexto, y su toreo fue más verdad. Pero no señores, no quiero quitarle nada a Manzanares del que he escrito bien en sus actuaciones en esta plaza y en el que creo como torero. Es su gloria, se la ha ganado. ¡Viva el toreo sobre todas las cosas!
Aparicio no pudo con la intensidad de la embestida del primero, desfondado, sin ideas y con la muleta sin bajar la mano. Ordenó acabar su corrida en las varas y así lo hicieron los picadores con el cuarto. La verdad es que no está el torero para seguir en activo.
Morante de la Puebla estuvo valiente con el interesante segundo pero por debajo de las posibilidades de la faena que tenia. A veces violento tenia el toro la virtud de repetir desbordando al matador. No pudo hacer nada con el toro parado que hizo quinto.
¡Aquí paz y allí gloria!