24 agosto 2010

BUENA NOVILLADA DE FUENTE YMBRO

Juan del Alamo al natural. Foto, Manolo Ortega

BUENA NOVILLADA DE FUENTE YMBRO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

La novillada que ha echado Ricardo Gallardo, Fuente Ymbro, en la plaza de Almería ha sido buena hasta poner en evidencia a los novilleros actuantes, y también a quienes les han enseñado ese toreo marrullero y perfilero que hoy en día les enseñan, en las escuelas, o los cantamañanas que a su lado tienen. Los novillos, unos nobles y bondadosos, y otros más encastaditos, han estado por encima de los chavales, que en el conjunto final de la tarde no han sabido aprovecharlos.

Primer y tercer novillo mal presentados pero buenos por ambos pitones, aplaudido el primero en el arrastre. Segundo devuelto por inválido, saliendo en su lugar el primer sobrero un jabonero al que le faltaba cara para ser un buen novillo en presentación, en cuanto a juego fue muy bueno por ambos pitones. El cuarto y el sexto estuvieron bien presentados, encastado el cuarto dejándose por los dos pitones, siendo aplaudido en el arrastre y el sexto manejable. El quinto, terciado, fue el garbanzo negro de la tarde pues se rajó.

Thomas Duffau cortó una oreja sin apenas petición después de un trasteo aseado en faena que nunca rompió "palante" pues según las condiciones del animal debió haber puesto aquello patas arriba. Al cuarto le pegó dos mil muletazos sin decir nada, yéndosele el novillo sin torear, oyó una ovación que saludó.

Juan del Álamo recibió una oreja tras estocada tendida después de haber firmado lo mejor de la tarde en unas series de naturales enjutos y templados. Por e pitón derecho anduvo correcto, resolviendo. Se le ve con la cabeza muy despejada. Solo hay que reprocharle que se enfadó manifiestamente con gestos, porque el presidente no le dio una segunda oreja, pedida por el publico. Jonathan, que es su nombre de pila no debe entrar en ese juego y debe ser más educado y más torero, pues en eso reside la torería, en distinguirse de cualquier otro mortal, sabiendo, uno, estar en su sitio. Con el rajado quinto solo pudo estar voluntarioso después de recibir tres revolcones y cobrar tres pinchazos y un descabello, (no dejó estocada), recogió desde el tercio una ovación.

Al sevillano Esaú Fernández le ocurrió el mismo acto de soberbia a la muerte del sexto. Como se le negó la oreja, también mostró su descontento y dio tres vueltas al ruedo, la última arropado por muy poca gente, que ya había abandonado los tendidos. Los profesores de los chavales también debería enseñarles modales taurinos, y no esas bajezas televisivas de programas rosas. Como es natural es el chaval menos toreado de los tres. En el tercero toreo a placer lo que quiso, mientras quiso y hubiera podido seguir toreando pues jamás llegó a romperse con el novillo, después de una estocada tendida recibió una oreja. En el sexto, dicho queda, dio tres vueltas al ruedo, tras un pinchazo y estocada tendida y desprendida, después de una lección de destoreo mayúsculo. Alguien solvente debería enseñarle bien.

¡Aquí paz y allí gloria!

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