27 diciembre 2005

EN EL HOGAR

EN EL HOGAR
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Tribuna de Salamanca


Estoy convencido de que esta época en la que el invierno alberga la Navidad no es una época cualquiera. Ya se sabe que cada uno cuenta la corrida como le ha ido y hay quienes se deprimen, otros se ponen la sonrisa en la boca y algunos hasta viajan fuera con tal de no verse ni las caras.
Depende de la corrida, ya lo sé, pero de lo que sí estoy seguro es de que en este tiempo de Navidad se recuerdan cosas, tantas que a algunos nos hacen llorar y a otros reír. En esta época en que las lumbres están a todo gas a los taurinos se nos da muy bien añorar.
Atizo el fuego, chisporrotean las llamas haciendo crujir los haces de ramón y en la tarde hecha noche me llueven recuerdos de las cosas que mi abuelo me contaba enjaretando una pleita de esparto para el remiendo de una espuerta de acarrear aceituna.
" En aquellos tiempos los toros estaban lustrosos, todos tenían los cinco años o los superaban, tenían libras ¡y eso que se pegaban caminatas enormes de cinco y de seis días! Caminaban por veredas y cañadas reales y los acompañaban en la guía unas partidas de cabestros grandes y hermosos que sabían más que lepe, los conducían los vaqueros y gañanes y no faltaban durante las jornadas lances curiosos, chascarrillos y cuentos..."
La pleita de esparto sobre su rodilla, liada en un trapo de tela de saco humedecida, menguaba con rapidez. De cuando en vez, escupía sus manos como para suavizar las abrasiones de las briznas y manejar el trenzado con eficacia.
" Una vez al llegar los toros al pueblo hicieron parada en las eras de la carretera y en la anochecida un grupo de gamberros mozalbetes los hostigó tanto que los animales salieron de estampida ante el estupor de los vaqueros que algunos sin ensillar las jacas que traían hubieron de montarlas a pelo y salir en su reunión antes de que los toros alcanzaran la plaza mayor. Aquella noche los zagales durmieron en el calabozo y la policía municipal tuvo que hacer un retén de guardia en las eras para evitar mayores. El Vitor llegó a su casa al amanecer con los pantalones del uniforme cagaos porque no ganó pa sustos..."
Pleiteaba y se reía, callaba y se afanaba en la urdimbre.
"Aquellos seis fueron unos dijes de toros, me acuerdo de los nombres: Siniestro, Prior, Zurdo, a ver déjame, sí, Cardenal, Monaguillo y Zocato. Pero no me acuerdo del ganadero. Negros los seis. Grandes y mansos que hicieron montarse a la gente, alguno salió bueno, pero difíciles si eran. Todos se aplomaron a última hora. Eran guapos de mucha fachá y ninguna casta. Güeno estuvo el alcalde de presidente y gracias. Alvarito superior en uno, superiorisimo en otro y mejor en el último. Se hartó de dar vueltas al ruedo y la gente no paraba de echarle gallinas, conejos y botas de vino. El otro mataor creo que era de Almería pero mi cabeza no alcanza a acordarse del nombre, alto sí que era, no estuvo mal el hombre pero a mí me gustó más Alvarito..."
Terminó su esparto, un asa que cosió a la espuerta, con tan solo por luz la de la lumbre y sin lentes, aún apuraba en sus labios una colilla de Iberos sin pegar una tosida. Y yo aquí hilvanando este articulo con un ordenador luminoso y con gafas pensando en el caos que el año que viene va a producir lo de no fumar. ¡Mester ver, gachón, mester ver!
¡¡Feliz Noche Buena!!

20 diciembre 2005

LA DECLARACION DE LOS BARRIOS

LA DECLARACION DE LOS BARRIOS
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Tribuna de Salamanca

Es como si estuviéramos en guerra y no tenemos en el horizonte al enemigo. Es como si tuviéramos que luchar contra alguien pero no sabemos de ese alguien. Y sin embargo todo parece indicar que debemos defendernos. Sabemos que tenemos que defendernos, pero dudo que sepamos de quien o quienes hemos de hacerlo.
En el horizonte hay entes pero no enemigos reales y sin embargo porque en realidad los desconocemos, o no queremos conocerlos o queremos identificar a otros como los malos que están en contra de la fiesta. Ya saben lo que decía Ortega el filosofo, que para solucionar un problema tenemos que identificarlo primero y luego combatirlo.
Pues bien lo de la declaración de Los Barrios queda tan bonito que me emociona y me llena de orgullo, tanto que felicito a los declarantes. ¿Pero sabemos cual es el problema? ¿Lo hemos identificado ya para solucionarlo?
Me gustaría que todos los medios de comunicación dieran puerta a la fiesta de los toros para difundirla culturalmente y en todos sus aspectos. Es decir diciendo la verdad entera de lo que en ella se cuece, lo bueno y lo malo y no medias verdades ni mentiras enmascaradas. Decir y denunciar los defectos de la fiesta no es despreciarla es quererla para mejorarla y como consecuencia el profesional de la comunicación tiene el compromiso en cada uno de sus medios de tratar las informaciones con la veracidad y el rigor necesarios y no difuminar los males explicando o hablando de la grandiosidad de un espectáculo grande por definición.
Que las instituciones públicas políticas y sociales defiendan los intereses de los toros no quiere decir que lo hagan interviniéndolos sino que la abracen con un espíritu altruista que hagan la fiesta más digna en todos sus sectores. Defender la fiesta no es tapar sus miserias.
En la declaración de esta ciudad gaditana, se reconoce el fomento de la cultura taurina por la Junta de Andalucía y el Parlamento Andaluz como ejemplo de la defensa de la fiesta y con parecerme bien el esfuerzo del ente andaluz, curiosamente los declarantes no caen en la cuenta de que esta posición de la administración ha sido el principio del intervencionismo de lo publico en los interese de bravo por cuanto reconociendo la crisis de un negocio privado y las incidencias que en el se manifestaban deciden tomar el rumbo de una actividad que fatídicamente se ha venido abajo por insidia de los mismos profesionales. Un ejemplo de lo que digo lo tenemos en el famoso 33 y en vez de que la administración ponga medidas para erradicarlo lo que hace es, (y no critico la acción sino la filosofía a mi juicio equivocada), erigirse en benefactora y salvadora de algunos muchachos. Por mejor explicarlo es como si se reconociera lo difícil que la mayor parte de los empresarios se lo ponen a los niños y la Junta dijera, ea, bueno, demos dinero y televisión para que los chavales se promocionen. Intervienen pues en un negocio que no es de la competencia de la administración sino de los empresarios que se suponen se juegan sus cuartos. Quizás olvidaron juntamente con la promoción castigar la vergüenza del 33.
Necesitar una Fundación Taurina en Andalucía es digno si digna fuera la función de la promoción cultural y repito, no intervencionista en una fiesta que ahora es un negocio. Y tener una Ley Taurina en Andalucía, como tener ese nuevo reglamento del 2006, supone entre otras muchas cosas, confundir al aficionado que, cuando viaja de comunidad en comunidad, como extraño en otro país, deba preguntar qué se lleva en esta plaza.
Por último los declarantes dicen que los ayuntamientos tienen el deber de fomentar la cultura taurina pero erróneamente hasta ahora lo que han hecho es subvencionar a los empresarios que han cogido un dinero fácil y bajo la amenaza de no dar toros en una población si no hay subvención, han coaccionado a las administraciones locales incrementado más el pillaje de algunos sobre los dineros públicos.
Entiendo que defender la cultura taurina no pasa por hacer declaraciones institucionales como si el enemigo que nos acosa tuviera cara. La cultura taurina deben defenderla los aficionados que con sus entradas a las plazas dan carta de naturaleza a este espectáculo. Los aficionados que se reúnen en peñas para hablar y discutir de tauromaquia, que organizan actividades lúdicas y pedagógicas para aumentar los conocimientos de sus socios. Entiendo que la administración debe colaborar en el aspecto cultural y no intervenir en el aspecto pecuario de los toros pues ese es el terreno del empresario y también debe proteger al aficionado que como siempre, con esta declaración y cuantas otras conozco hasta el momento no está defendido ni protegido. Por desgracia aquí también hay más jefes, que son los que declaran, que indios que son los que sufren y pagan, y no sé por qué los indios son siempre los malos de la película. ¡Dichosos vaqueros! ¡Ah! y la prensa a contar cosas y a crear opinión. Quizás el mal de la fiesta esté en nosotros y no fuera de nosotros.

12 diciembre 2005

UN TORERO, UN HOMBRE, UNA ESCUELA

UN TORERO, UN HOMBRE, UNA ESCUELA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Tribuna de Salamanca

Siento el dolor, a todos los que nos ha sucedido, sentimos dolor. La perdida de una madre o de un padre es una de las sensaciones más dolorosas que un ser humano puede experimentar. Y sin embargo todos tenemos que pasar por ello. Álvaro de la Calle pasa por ello. Álvaro de la Calle y su familia tienen conmigo su dolor compartido.
Este torero salmantino es un torero serio, podría decirse que serios son todos los toreros castellanos, imprimiendo carácter y reciedumbre, como lo es su clima o su ambiente. Pero Álvaro es un torero noble y honrado que da lo que tiene, lo que sabe y más, da todo aquello que quiere saber y aprender. Álvaro es un hombre próximo, como su toreo, sin filigranas, ni engaños. Es lo que es, da lo que da y nada más se le puede exigir. Les puedo asegurar que en los tiempos que corren encontrar un hombre así y un torero que dé lo que tiene ya es importante. Pero además Álvaro de la Calle es un buen aficionado. Ser torero y buen aficionado no siempre se llevan. Habitualmente nos encontramos toreros pegapases que van a llevárselo calentito y toreros aficionados que en esto no ganan un duro. De la Calle es de estos últimos pero aunque eso le importe a él, al resto no nos importa porque sabiendo que lo da todo en el ruedo, con mas o menos suerte, no nos defrauda, por eso siempre lo esperamos.
Hay cosas que una escuela taurina no enseña por ejemplo a ser honrado, a sentir el toreo y a mantenerse en esa pureza durante toda la carrera. Pero Álvaro además de aprender la técnica del toreo y tomarla según su forma de ser, según su personalidad, aprendió también a sentir la fiesta y a respetar y a querer a sus compañeros, los de la escuela y los del mundo taurino, pero Álvaro los quiere por lo que son y no por lo que demuestran. No sé si esto será una virtud generalizada de las enseñanzas que se imparten en la Escuela Taurina de Salamanca, además del oficio, pero ¡olé! si esto es así. En realidad desde que conozco, ya va para diez años, las actividades de la escuela, con todos los chavales, los novilleros, que he tratado, todos ellos tienen un sentido de la responsabilidad, yo diría que castellano, digno de resaltar y creo que en gran parte la culpa la tienen Juan José y José Ignacio Sánchez que acaban de inaugurar un nuevo curso con tantos alumnos más uno que el pasado, cosa ya de mérito, y aún más mérito si advertimos que nuestros políticos quieren posicionar esta escuela como escuela taurina regional. No es mala idea siempre que otros no vengan a mangonear el buen criterio que estos profesores han manejado siempre. Criterio y enseñanzas y por lo demás suerte "pa tos".

05 diciembre 2005

UN FEBRIL ENCUENTRO

UN FEBRIL ENCUENTRO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Tribuna de Salamanca

Ser amante de la fiesta no depara, créanme ustedes, muchas alegrías. ¡Como ser amante del tabaco en estos tiempos! Ver corridas de toros, fumar y gustarle a uno las mujeres no es hoy en día política y socialmente correcto. No tenemos bastante con argumentar y denunciar los males de nuestra fiesta para que de vez en cuando aparezcan por esos pueblos de Dios, algunos majaras violentos, febriles por suavizar el termino, que nos llamen asesinos a los que amamos el toro bravo. Suelo rehuir este tipo de encuentros pero algunas veces para los críticos taurinos es inevitable la encerrona.
Uno de los errores más comunes en que incurren estos violadores del Graffiti es comparar el dolor animal con el dolor humano por asimilación al sufrimiento debido a que establecen una igualitaria escala de valores entre ambos. No voy a ser tan incauto de no reconocer el dolor animal sin embargo me gustaría introducir el sufrimiento como un elemento de discusión ya que el sufrimiento tiene connotaciones de paciencia, de tolerancia, de padecimiento, de pena y esas sensaciones son más del patrimonio humano como ente pensante y discursivo que de la bestia que está más por lo relativo al cuerpo.
No soy un experto en la materia pero toro y hombre no tenemos los mismos sistemas nerviosos aunque tengan algunos puntos en común. El del toro es un sistema muy excitable que no se anula con el dolor y por consiguiente le lleva a continuar en la lucha. El del hombre se atrofia y tiende a inutilizarlo en sus movimientos.
A menudo se nos acusa de ser unos seres crueles y ser cruel es una actitud más que un sentimiento. Por ejemplo cuando se tortura a alguien es necesario que ese alguien tenga una actitud pasiva, es decir sea una víctima y quien contempla la tortura por vocación es una persona cruel porque participa y disfruta con la violencia que se infiere a la víctima. Estoy con José Carlos Arevalo cuando dice que la crueldad no es un sentimiento que sirva para definir el toreo.
El toreo tiene una serie de tecnicismos que hacen posible el dominio del toro. Veamos. El parar, templar y mandar, los tres cánones básicos del toreo determinan el dominio de la violencia que indiscutiblemente en el acto de toros asume el toro bravo y a esa violencia generada por el animal le llamamos peligro y en consecuencia un semoviente que emite peligro no puede ser un ser pasivo sobre el que se infiere otro acto de violencia como sí es considerado en la tortura.
El violento no es el torero sino el toro ya que el hombre en cualquier acto frente al toro ha de sortear el peligro, por eso cuando se produce la tragedia de la cogida nadie define al animal de culpable pues coger es consustancial al toro bravo y defenderse es natural en el hombre y el que lo hace vistosamente lo convierte en toreo y el que lo adorna con estética lo convierte en arte por eso el espectador de toros no es cruel, es admirador de una belleza, si quieren rara, que sublima el limite de la vida y de la muerte y que va más allá incorporándose en nuestro espíritu al conectar toro y torero con la angustia vital del hombre: la muerte.

DIARIO DE LA RESISTENCIA: Palmas a la brevedad

DIARIO DE LA RESISTENCIA
Palmas a la brevedad
Por Aguistín Hervás

La brevedad es un acto temporal poco frecuente pero no por ello menos importante. La brevedad es un acto que está lleno de vergüenza torera pues es clarividencia de la mente de un torero. A Ponce jamás se le podrán tributar palmas a la brevedad, a Cayetano sí. No es que Ponce no sea una mente clara del toreo, todo lo contrario, es que su pundonor lo convierte en pesado. Y ya se sabe aquello de lo bueno si breve dos veces bueno.
La resistencia habla de brevedad en el toreo cuando la torería antigua no hacia padecer al aficionado actos desesperantes de toreo. Lo que ocurre es que hay actos tan breves que en ocasiones desaparecen. Por ejemplo el tercio de varas o el de banderillas. Igual que desapareció este resultado de palmas a la brevedad de las plumas de los actuales críticos taurinos que a veces ¡hay que ver como se las gastan! Y saltó la anécdota:
El ganadero Juan Gallardo pretendía debutar en La Malagueta con una escogida novillada de procedencia Villamarta y habiéndose ajustado la fecha con el entonces empresario Manuel Martín Alemán solo quedaba confiar en el buen juego del ganado, sin embargo no las tendría todas consigo el ganadero de Los Barrios cuando decidió, cosa común en la época, llamar a la puerta de la prensa para que en un si es no es tamizaran los pésimos resultados del juego de los novillos o en su caso los ensalzaran hasta limites casi histriónicos como también se acostumbraba por los plumillas de turno. El plumilla de turno en cuestión era el señor Cortés padre del actual critico taurino del diario Sur quien atendió ¡cómo no! cortésmente al ganadero.
Llegado el día del festejo se encontraba Juan Gallardo y esposa en la recepción del hotel luciendo sus mejores galas y sonrisas en un día de verdaderos nervios cuando se hizo presente ante él un muchacho alto, delgado y pizpireto que dijo llamarse Paquito y ser el hijo del señor critico taurino con quien días atrás el ganadero apañó la crónica de su novillada y que venía a:
.- Recogée ezo queuzté ya sabe ca-blao con mi padre.
Don Juan guiñando un ojo molestado por el humo del imponente cigarro puro del que daba cuenta chupada tras chupada, se echó mano al bolsillo de la chaqueta y sacó un sobre que contenía lo acordado.
Se celebró la novillada y de la lectura de la reseña recibió el ganadero tal sofoco que montando en cólera por los disparates que de ella se vertían quiso estrangular al autor de la diatriba. Al día siguiente se hizo presente ante Cortés que le negó muy efusivamente haber recibido el sobre a lo que Gallardo contestó:
.- Pues se lo di a Paquito, a su hijo – a lo que exclamó el interlocutor –
.- ¡El hijo de su madre! Se ha quedao con el sobre.
La anécdota sirvió a los miembros de la resistencia para reírse un rato aunque alguien sacó punta al asunto comentado que lo que se aprende de pequeño nunca se olvida.
La noche se había metido en agua y el Rivera de Duero alimentaba el ingenio de los resistentes. Entre ellos hay quienes opinan que los toreros de hoy no saben torear de capa aunque se pueda torear mejor que nunca. Que el lance fundamental que es la Verónica se ha practicado muy poco esta temporada y el capoteo superficial y mal ejecutado ha abundado, y lo más grave, que ha sido aplaudido por un publico que desconoce gran parte de los lances. Que el toreo de capa sea considerado como signo de la evolución del toreo antiguo a moderno en contraposición al de muleta es una teoría defendida vehementemente por un miembro, que es oída con atención por el resto de la resistencia, concluyendo que algo de razón sí que debe tener el ponente puesto que el lance se ejecuta a toro levantado lo que le imprime más carácter y más verdad al toreo, y que a lo que conocemos por imágenes añejas los lances de capa se daban antes muy moviditos y ahora para que la estética acompañe deben darse muy quietos pues la quietud es parte de la profundidad del toreo.
Por la discusión de la crisis en la torería se llega al papel de las escuelas y la experiencia va diciendo que estas aportan técnica a los educandos pero que también se enseñan las trampas del toreo. Todos los miembros del grupo están de acuerdo en que para Málaga el mejor profesor es Fernando Cámara dentro de que El Gasolina no era lo mejor para ella.
La evolución del toreo ha llevado a torear más despacio y mejor si se quiere, aún advirtiendo lo de los trucos, pero también se ha llegado a la economía de los tiempos, es decir se acortan mas los tiempos de la lidia, de cada suerte, algunas son hasta de tramite para llegar antes a la muleta, cuando no desaparecen en ocasiones.
Hay cosas que no se enseñan en las escuelas y la torería es una de ellas. A ser torero dentro y fuera del ruedo a estar en torero dentro y fuera del ruedo, como por ejemplo El Papa Negro enseñaba a sus hijos. A Antonio Bienvenida lo enseñó a tomar el olivo obligándole a saltar con un brazo en cabestrillo, con lo que solo podía hacerlo apoyándose en una mano. Antonio Ordoñez desde que perdió la falange de un dedo cuando al saltar la barrera se dejó la mano en la contera y el toro que lo perseguía se la partió con la pala del pitón, nunca jamás volvió a saltar. El Papa Negro como educador fue ejemplar, como ejemplar lo fue Cayetano el bisabuelo del actual.
Eran otros tiempos de más torería, a los actuales toreros les falta, tanto como les falta vergüenza torera porque entre ellos no se pican cuando es menester. Eso se veía en los quites que ahora llaman artísticos y antes eran de orgullo por quíteme usted aquellas pajas. Pero es que esa falta de ambición y orgullo desmedido e incontrolado que atesoran los chavales jóvenes lo llevan hasta el extremo de evitar dar vueltas al ruedo cuando no han recibido trofeos.
La resistencia reivindica la vuelta al ruedo como premio importante y necesario, como trofeo de acercamiento al publico aunque el publico sea ahora un punto de fricción entre los taurinos y la prensa sobrecogida y los aficionados y la prensa honrada pues se suele utilizar como arma arrojadiza ya que se argumenta con frecuencia que el publico es soberano y hay que darle lo que pida.
A los públicos les falta educación taurina y gran parte de la culpa, no toda, la tienen los medios de comunicación como alguno de titularidad publica que con su parafernalia y boato está haciendo mucho daño a la integridad de la fiesta en beneficio del propio medio para quedar bien con los profesionales. En general a estos medios les cuesta trabajo por ejemplo decir que tal torero ha pegado un bajonazo y que este tipo de estocadas no se deben aplaudir.
La resistencia ha pergeñado entre los olores a vino, queso y tierra mojada los carteles que desearían ver la próxima temporada.
.- Fuente Ymbro, Ponce, Morante, Cid
.- Cuadri, Cid, Encabo, Perera
.- Cebada, Cid, Perera, Salvador Cortes
.- Fuente Ymbro, Cid, Morante, Castella
De lo que se deduce que el torero que más interesa es El Cid, seguido de Morante y Perera y completados con Ponce, Encabo, Castella y Salvador Cortés. Queda claro para los resistentes que Fuente Ymbro es la ganadería que más ha ilusionado y que apuestan por la casta con Cebada Gago y Cuadri.
Al salir, la lluvia fina y fría cala hasta los huesos, los charcos reverberan la luz de las farolas haciendo las calles más anchas, la fachada este de La Malagueta nos mira con tristeza pidiéndonos justicia. La resistencia luchará por ella.