Los toros de El Torero desilusionaron en Sevilla. Una corrida desigual de presentación y descastada en líneas generales con algún toro encastado en bravo. El primer toro envastecido y manso encastado que fue manejable por el pitón derecho. El segundo terciado, bueno y noble que no llegó al público. El tercero terciado y bravo. El cuarto terciado, altiricón, distraído sin fijeza que se entrega por el pitón derecho. El quinto correctamente presentado, descastado que no rompió en la muleta pero sin peligro y sin clase. El sexto terciado, que embistió descompuesto, que no se entregó y que se echó al final de la faena por descastado.
Morante de la Puebla cortó una oreja en su primero por un trasteo limpio entendiendo al burel, acompañando embestidas y dejándonos ver tauromaquias antiguas, rematando la faena con una estoca corta muy buena. en el cuarto anduvo con sabiduría y conocimiento por eso lo metió en el canasto por el derecho y aunque lo probó por el izquierdo no pudo ser. El oficio del matador hizo entregarse al toro por el pitón derecho.
Cayetano estuvo aseado con su primero pero no se entregó totalmente a la faena. Fue avisado. en el quinto anduvo voluntarioso. Nada más pudo hacer.
Ginés Marín fue el triunfador de la tarde cortando dos orejas al tercero, el toro bravo del encierro. Estuvo templado, atemperado, ligando las series de muletazos por ambos pitones y matando muy despacio causa por la que cortó la segunda oreja. En el sexto derrochó ganas y por ambos pitones su trasteo fue voluntarioso pero nada más pudo sacar del descastado animal. Fue avisado.
Abrió el festejo el rejoneador portugués Antonio Ribeiro Téllez con un toro de Passanha (procedencia Murube) que cumple este año cuarenta de alternativa. El toro tuvo celo y arreaba de mansote. El caballero portugués estuvo ortodoxo mostrando el oficio que los rejoneadores hacen en el país vecino que es tan distinto al que se practica en España. Limpio, clásico y elegante. Exento de caballazos y violencia.
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