FOTO DE MUNDOTORO.COM, ROCA REY Y EL SEXTO.
Otra tarde en la que los toros de Núñez del Cuvillo se diluían entre la falta de presentación y el desigual juego para una terna de farolillos.
Hasta que salió el tercer toro avacado que dió un buen juego por ambos pitones, mejor por el izquierdo, y Roca Rey, la figura de las figuras, con formas y perfiles PUEBLERINOS, le cortó una oreja pasional de un público PUEBLERINO, entregado a la pasión del destoreo. Y luego salió ese sexto toro 80, chorreado en verdugo, que fue bravo en banderillas y en la muleta aunque en el caballo no, y se puso a embestir como loco, y como loco se puso el peruano a pegar pases como si no hubiera un mañana, y no lo había, porque la gente (no los aficionados, algunos pitos hubo) no quería que hubiera mañana pues había pagado harto caro papel para ver a este ciclón enflequillado (con mucho flequillo) que se movía al aire del toro pero que no mandó nunca, solo acompañó al buena calidad del burel. Si. Un reconocimiento al peruano. Si no es por su actitud ferial, la corrida de Cuvillo se hubiera muerto.
El primer toro no se empleó y el cuarto que fue manejable terminó quedándose corto y Urdiales no encontró la forma de completar la tarde.
El colorao segundo fue un toro interesante con el que Manzanares estuvo simplón y al quinto que fue manejable le faltó torero.
La despreciable presentación de los toros de Nuñez del Cuvillo para esta plaza deja mucho que desear en una autoridad que más que atender la dignidad de una plaza de toros como es la Maestranza, atiende los intereses comerciales de un negocio que debería saber la alta excelencia con la que hay que ir a la plaza de todas las plazas.
¡Aquí paz y allí gloria!
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