24 abril 2023

SEVILLA. FERIA DE ABRIL 2023. LA MAESTRANZA. UN VICTORINO DE VUELTA AL RUEDO EN UNA CORRIDA PARA PADREAR.

 

                        ESCRIBANO Y EL NÚMERO 69. FOTO DE LA RAZÓN.

    

El del número erótico no tenía nada más que 505 kilos. Un torito de televisor, de los que compran los turistas cuando se van de Sevilla, como toda la corridita que en presentación demuestra que en la torifactoría de Victorino hay de todo, y por consiguiente también hay toritos "pa Sevilla". Otra cosa es el juego dado, y en cuanto a eso la corrida salió redonda, todos en mayor o menor medida embistieron, ahora bien, hay que contarlo ya: Los toros embistieron porque los toreros quisieron que embistieran.

A este toro de vuelta al ruedo le hicieron las cosas muy bien y el toro fue bravo en los tres tercios. Manuel Escribano se puso en el sitio y le hizo embestir con emoción. Tuvo un muy buen pitón izquierdo pero por el derecho fue extraordinario, pero a todo ello, bravura incluída, influyó las fuerzas justas del animal, que evidente fueron superadas por la casta del burel. Por matar bien le cortó las dos orejas. Escribano había estado con el segundo, un toro muy serio, porfión hasta que le ganó la pelea por el pitón derecho descubriéndonos que el izquierdo era pitón nulo. Banderilleó el matador a los dos toros con absoluta solvencia.

Reapareció el Cid con edad y arrugas y bozalón, como si debutara en La Maestranza y con un primero noble, que se dejó, anduvo sobrado de todo, de ganas, de oficio, de torería. El toro aplaudido de salida obtuvo división al arrastre. Él dio una vuelta al ruedo. El cuarto fue el toro mejor presentado del encierro. Se aplaudió de salida y por su casta se aplaudió al arrastre. Le cortó una oreja.

Emilio de Justo toreo a la voz (era cuando embestía) al bonito tercero. Se entregó el torero y el toro respondió, pero algunos (bastantes) muletazos los dió separado, sin fajarse. El toro manejable fue ovacionado al arrastre y Emilio le cortó una oreja. En el sexto, el toro peor presentado, estuvo muy en profesional, haciendo por su pericia y tesón, embestir al burel, que en general fue encastado con chiribitas. Lo pinchó y no salió por la Puerta del Príncipe.

¡Aquí paz y allí gloria!

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