El torero castellano Tomás Rufo salió ayer por la Puerta del Príncipe y volvió a decir en el templo del toreo que él está aquí para escribir páginas de gloria en la tauromaquia. Dicho esto como se comprenderá no puede ser la misma Puerta del Príncipe la de Morante que la suya. Ya sé que el mundo es así de injusto y de desigual y que todos los toreros no están tocados por los ángeles y el duende y todo eso, y que al final cada uno tiene lo que se merece. Ea, pues Rufo también tuvo ayer lo que se merecía por muchas cosas y uno de ellas era torear.
Escrito aquí mi parecer no seré yo el que elogie otra vez la actuación de Morante, pero sí escriba hoy lo que me pareció la actuación de Rufo.
El tercer toro de Jandilla fue ovacionado al arrastre y se mereció la vuelta al ruedo. Un buen toro por ambos pitones , mucho mejor por el derecho. Encastado en bravo. De vacas. Y a este toro le cortó Rufo dos excesivas orejas. Es verdad que toreó muy bien, que lo hizo todo muy bonito pero creo que no fue faena rotunda para tan alto premio. Va a ser verdad lo que dice Fernando Cepeda de que ahora en la Maestranza la gente es gente, es público y que los buenos aficionados o no van o se mueren. Es ley de vida. El sexto toro también fue buen toro hasta que se apagó. El chava estuvo muy decoroso, templando toda la faena, con cositas estéticas y dio un a muy buena estocada. Aquí se le dio una oreja por la estocada porque la faena la demeritó el animal no manteniendo el ritmo en la embestida hasta el final.
UNA PUERTA DEL PRÍNCIPE DEBE SER VALORADA POR UN CONJUNTO DE SUCESOS EN LOS QUE TIENEN QUE VER, TORO Y TORERO. Y ESO ES EL PRESIDENTE QUIEN LOS TIENE QUE VALORAR Y EL PÚBLICO SOLICITAR. POR ESO ES TAN IMPORTANTE LA UNIFICACIÓN DE CRITERIOS ENTRE LOS PRESIDENTES DEL PALCO.
Abría el cartel Manzanares que estuvo toda la tarde perdido, como colapsado. Se ovacionó al arrastre el primer toro y el alicantino se lo dejó ir. La estocada buena. El cuarto también fue bueno, justo de fuerzas como toda la corrida, pero que se vino a menos y el torero estuvo con él sin querer, y poder podía querer pero no quiso estar.
Paco Aguado tampoco encontró el ritmo a las buenas embestidas del quinto de la tarde. Si, toreo pero muy perfilero y poco entregado con este buen toro. Con el sobrero que hizo segundo no se emplearon ni toro, por descastado, ni torero por desilusionado, y eso que el presidente le ayudó a que sus peones movieran al aplomado titular para que hincara las manos y facilitar la devolución. Una devolución injustificada.
¡Aquí paz y allí gloria!
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