09 agosto 2008

CLASE PRACTICA

TERCERA CLASE PRACTICA. Málaga, 08 de agosto de 2008

Novillos de Los Guateles. Desiguales de presentación. Bueno el primero que fue aplaudido. Segundo y tercero de más a menos. Cuarto y quinto manejables y el sexto rajado. Todos un puntito mansotes. JUAN MILLÁN de Guadalajara, pinchazo en los bajos, media trasera contraria perdiendo la muleta, aviso, metisaca, estocada perdiendo la muleta, silencio. LOPEZ ZURITA de Granada, contraria tendida, aviso, dos pinchazos en corto, una estocada al aire, aviso, descabello, palmitas. PABLO BELANDO de Murcia, trasera contraria y tendida, tres descabellos, oreja. MIGUEL ANGEL SÁNCHEZ de Algeciras, trasera caída, oreja. LUCCA RUFFO “CALABRES”, pinchazo trasero tendido, una caída perdiendo la muleta, aviso, dos descabellos, silencio. LUIS RIVERA VAZQUEZ, de Málaga, pinchazo bueno, estocada, cuatro descabellos, aviso y cinco descabellos más.

CLASE PRACTICA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Que se sepa, Oscar López de Hoyos lo recuerda cada tarde al comienzo del acto, una clase práctica no es como una novillada reglamentaria. La clase practica da para corregir errores y seguir instruyendo a los chavales en estos difíciles avatares del toreo. Pero por lo que se ve, estas clases practicas son como novilladas sin caballos, o este año con caballos, y se abandona a los chavales a su suerte, lo hagan bien o lo hagan mal. Quiero decir con ello que los profesores no corrigen, miran.
La suerte de varas que no se ha simulado, que se ha efectuado, debería haber sido como mínimo como la que se hace en los tentaderos, sacando a los novillos cuando marran los picadores, y volviéndolos a poner en suerte, colocándose los novilleros a la izquierda del caballo. Es decir como aprendiendo a hacer las cosas, y no dejando que se hagan como si se tratara de la vulgaridad de la suerte actual. Con los banderilleros lo mismo, salvo las honrosas actuaciones de los hermanos Vega, y algún otro, hubo quien pegó el petardo delante de sus alumnos. En una clase practica, vaya la suerte por delante que se sabe es condición de la profesión, convendría esmerarse más delante de los alumnos a los que tenemos que dar ejemplo.
Como no es mi talante mentir le diré a Millán, que no se fue a Portagayola, que se fue a dar una larga cambiada de rodillas en los medios que la suerte es como muy lejos de la puerta de toriles en la raya de dentro. Que con un novillo tan bueno no se pueden tener las manos de mantequilla y perder la muleta una vez sí y otra también. De bueno le digo que tiene buen aire al natural. Al chaval de Granada que cuide los finales de faena, fueron buenos, pero que no cierre los ojos cuando va a pasar el novillo, se llevó dos trompicones por lo mismo. Pablo Belando maneja con soltura el capote a la verónica, se le ven maneras, la teoría la tiene bien aprendida y se le adivina que con la practica puede mejorar el oficio. El de Algeciras tiende a bajar la mano pero un error de colocación le costó un revolcón. Me pareció que el novillo era interesante por el pitón izquierdo pero solo lo vio una vez por ahí. El Calabrés no se quiso manchar el vestido, dejaba huecos y el novillo pillo lo veía y lo mejor que hizo durante la faena fue pasearse. Eso sí, pasear se pasea maravillosamente. Y finalmente el malagueño Rivera. Tengo en mucha estima a su padre al que en alguna ocasión le he comentado, cuando me enteré que el niño estaba en la escuela, que ya tenía un problema. Hasta entonces los problemas de Luis Rivera padre, eran de otra índole: Veterinaria, ganadera, caballar, si quieren, pero esto de tener un hijo que quiere ser torero, es el problema, y repito, como tengo a Luis en gran estima voy a ayudarle a aliviarle el problema. Luis Rivera Vázquez tiene el defecto bisoño de descubrirse en vez de taparse con el engaño y necesita armarse de confianza y firmeza para no dar la sensación de debilidad y por consiguiente de precaución que algunos podrían confundir con el miedo. Lo de que es un pincha uvas ya tiene a sus allegados para recordárselo todos los días a la hora de comer. Pero Luis maneja el capote con gracia, replica en quites para quedar por encima del replicado y se le ven algunos detalles ortodoxos. No sé Luis Rivera padre si te he ayudado mucho, porque tu sabes que por mi gusto te evitaría los problemas.
¡Aquí paz y allí gloria!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

De acuerdo Sr. Hervás. Los profesores son estatuas de piedra. Es que no los veo desgañitarse en el callejón. ¿ Será que no saben lo que tienen que decir ? Aunque es una clase práctica, veo a muchos chavales muy verdes. Pienso que es una gran responsabilidad meterlos en este " fregao" con tan poca experiencia. Quieras que no, la Malagueta con 8000 personas pesa lo suyo.
Pero a quien habría que darles clases urgentes es al público. ¡ cuanta ignorancia ! Le pitan al picador y cuando se marcha lo aplauden...

Alberito dijo...

Señor Hervas: Otro dia más gracias por su información, ha que el Málaga si es de primera, esque yo le escuché una vez a los listos del siete de Madrid esos que no saben de toros, que a los picadores se les pita en plazitas de pueblo pues que se fatidien que el Málaga es de primera, bueno me lio me lio, Vd. disculpe que la plaza de Málaga es de primera gracias un dia más por su información

Alberito dijo...

La Suerte de Varas








Introducción

En su nacimiento la tauromaquia fue un ejercicio propio de nobles e hidalgos y nunca una actividad de la clase plebeya.
Los instrumentos que se empleaban para la lidia, eran la lanza y el rejón, es decir, en el alanceo y el rejoneo se comprobaban las habilidades del lidiador.
A partir del siglo XVII, el toreo pasó a la clase popular sustituyéndose el aristócrata por el picador que utilizaba la garrocha sin puya, la que a partir de entonces recibió el nombre de “ vara para detener “.
Antes de ese cambio la muleta era utilizada únicamente para dominar las embestidas del burel, ya que la muerte de este era la suerte suprema y el fin último de la fiesta.



En esa época, la suerte de picar resultaba fundamental ante unos toros de fiereza salvaje, con embestidas descompuestas que hacían casi imposible la lidia.

Es por ello que la suerte de varas llego a ocupar un sitio propio en la fiesta tan importante y protagonista como la misma suerte de matar.

Finalidad del tercio de varas

La suerte de varas nace de la necesidad de sangrar al burel, restarle poder y prepararlo para la muerte en el último tercio.

Además, evita que los toros embistan durante el último tercio levantando la cabeza pues al desgarrar los músculos de la región los obliga a realizar sus embestidas humillando (con la cabeza agachada), lo que facilita el lucimiento del diestro durante la faena de muleta y la posibilidad de entrar a matar.

Por otra parte, es en el ataque al caballo donde el burel demuestra toda su fuerza y pujanza al luchar sin tregua contra el caballo y el picador. Cuando esto ocurre, estamos ante la presencia de una fiera indómita y colérica que desprecia el dolor ocasionado por el hierro que se clava en sus carnes.



Ejecución de la suerte

El reglamento señala que son tres los puyazos que deben darse a los bureles, siendo esto lo que sueñan los buenos aficionados, con el burel arrancándose de largo y picado en todo lo alto.



Pero siendo realistas, en estos tiempos del peto grande y caballos pesados, resulta ilusorio lo de los tres puyazos. La suerte se debe realizar según las condiciones físicas del burel.
En la actualidad se pica de frente y de costado.
En la primera, se coloca el caballo de cara al burel quedando ambos en línea recta. Cuando el toro acomete recibe el puyazo del varilarguero que carga la vara y da la salida hacia la derecha, sacando la cabalgadura por la izquierda de su terreno.



En la de costado o atravesada, el caballo se presenta sobre el flanco, de forma que reunidos burel y picador forman un ángulo recto. Al finalizar el encuentro, el burel deberá ser sacado en paralelo al caballo.

Los abusos en el tercio de varas

Los abusos más frecuentes son: el multipuyazo, tapar la salida, realizar la “carioca”, picar muy trasero y se suma uno más; la colocación inapropiada del burel para la suerte, ya que actualmente se le deja casi debajo del caballo al colocarlo muy cerca, dando todas las ventajas al picador, que de esta forma evita la embestida del toro y la posible caída del caballo.



Implementos para realizar la suerte

La puya de acero, en forma de pirámide triangular, cortante y punzante. Afiladas en piedra de agua y sus tres filos son rectos.



La garrocha es de madera resistente y de forma cilíndrica, donde en uno de sus extremos lleva el casquillo que contienen la puya.

El peto elaborado de materiales ligeros y resistentes, se hace obligatorio a partir de 1927, para evitar el espectáculo desagradable de las cornadas a los caballos.

Observaciones

Se debe tener respeto hacia los picadores por la importante labor que desempeñan en la lidia y tener en cuenta que su desempeño depende directamente de las indicaciones de su matador.

Por si algun aficionado Joven entrará por aqui que seguro es que si, que lo lea y se sepa que el picador es parte muy importante en la lidia gracias Agustin