UN LOCO PELIGROSO EN LA MALAGUETA

Andy Cartagena triunfador. Es el primero que abre, en esta feria, la puerta de Manolo Segura.

Málaga, 17 de agosto de 2008.

Toros para rejones de BENITEZ CUBERO: desiguales de presentación. Primero vareado, segundo bien presentado, chico el tercero, y correctos el resto. En general colaboradores excepto el tercero que manseó en el primer tercio y luego a más, y el quinto que se paró. ANDY CARTAGENA, rejón trasero contrario, oreja. Rejón trasero que provoca derrame, dos orejas a hombros por la puerta de Manolo Segura. DIEGO VENTURA, rejón con retranqueó, oreja. Rejón trasero que no parte, ovación con saludo. JOAO RIBEIRO TELLEZ, pinchazo trasero que escupe, ovación que saluda. Metisaca, pinchazo trasero y bajo, ovación que saluda.

El asesor taurino Pirri llegó unos minutos tarde por lo que el despeje de plaza se hizo con dos veterinarios en el palco. El titular y uno pegado. Al paseíllo llegó el asesor de Fuengirola.

La banda de música que dirige el maestro Puyana ha tocado hoy más que ningún otro día de feria y lo ha hecho con soberbia dignidad.

Excepto el rejoneador portugués los otros abusan de la montura mixta, los bocados portugueses, las gamarras e incluso el portugués una martingala que en las riendas une los portamozos a la altura del bocado y al extremo inferior.

Todos los rejoneadores se pasaron clavando objetos en los lomos de los toros, algunos en vez de los seis reglamentarios colocaron hasta diez.

El presidente Porras ha dado la nota, una feria más ha vuelto a posibilitar la apertura de la puerta grande concediendo orejas baratas por caballazos y números circenses.

UN LOCO PELIGROSO EN LA MALAGUETA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio.

Que lo encierren, no queda más remedio que lo cojan preso y lo internen hasta que se le pase la locura. Diego Ventura ha perdido la cordura y piensa ligeramente que sus caballos son de acero y puede arrojar sus pechos contra las cabezas de los toros, que aunque afeitados reglamentariamente, matan jacos y cualquier ser vivo que por delante se les ponga. Sucedía en el segundo de la tarde. Hasta ese numero de circo convertido en agresión antirreglamentaria toda su labor transcurría con normalidad. Puso dos aseados rejones de castigo con un caballo castaño calzado de atrás. Con un tordo vinoso que hacía el alarde de tenderse de manos colocó dos palos buenos y luego va y saca a un caballo violento porque muerde que le protesta porque no quiere atender a su peligroso amo que lo precipita a la violencia, y este como prueba de dominio del hombre sobre la bestia lo castiga en la boca pegándole tirones a las riendas con las dos manos. A resultas de aquel despropósito el rejoneador portugués, recriado en Sevilla, va y le obliga a la montura a la violencia y a que le reparta bocados en el lomo del toro. Pero claro el toro no se deja morder y acomete y Ventura enardecida la locura que alcanza un grado elevado, impulsa al noble bruto, a fuerza de hostigarle con las espuelas y zarandearle las riendas, con el pecho a los cuernos del toro que lo coge y empuja hasta poder herirlo. Pero Ventura, no satisfecho con una vez repite el numero de violencia y provoca las protestas del publico educado y sensible con el caballo, mientras los que no saben lo que están viendo aplauden la ignominia. En realidad si no es por este numero hoy Ventura se va de vacío pues en el quinto que pudo hacer las cosas un poco más serias la gente no lo tuvo en cuenta. Personas así que se aprovechan de la nobleza del caballo para convertirlo en una maquina de violencia, aunque esta se ejerza contra un toro bravo, no deberían ser profesionales de la tauromaquia. Y mientras no deponga su actitud debería prohibírsele torear. Sin rebajarme a él, pero por el amor que le tengo a los caballos, afirmo que visto lo visto, cualquiera de los caballos que tiene en su cuadra, incluido el de los bocados, hoy por hoy, vale más que la gloria que pueda alcanzar con esta doma inmunda.

El triunfador de la tarde, Andy Cartagena, lo fue porque la muchedumbre de un Mundo Feliz, le pedía las orejas a las que el presidente no se opuso. Lo cierto es que a sabiendas de que su toreo es efectista, el de hoy, al primer toro, lo hizo muy aseadamente y en el cuarto se desmelenó poniendo pares a dos manos.

El toreo bueno, pero no premiado, estuvo a cargo del portugués Joao Ribeiro Tellez, al que merecerá la pena volver a ver. Es clásico, puro, va de frente a los toros y clava al estribo, aunque a veces, como le pasa al rejoneador más avezado, clava pasado. Los caballos sin ser vistosos, todos tordos en distintas fases, están puestos pero no para el grado de competencia que ahora hay en España.

¡Aquí paz y allí gloria!