Los toros de Bohórquez desigualmente presentado, dos viejos, dos nuevos y dos en la mitad de la edad. Correctamente despuntados y manejables en general.
Andy Cartagena, a veces frío, a veces arrebatado. Lo vi demasiado atorado para ser principio de temporada y la plaza que era. No obstante se sabe que este chaval, es como los motores de gasóleo antiguos. Necesitan calentarse para ir dando de sí.
Sin lugar a dudas, independientemente de las dos orejas, que mas la anterior le brindaron su novena Puerta del Príncipe, Ventura hizo lo mejor que yo le haya visto en su carrera profesional con Nazarí, que tuvo una tarde grande. Curiosamente la gente no se enteró, o no le dio importancia a una obra inconmensurable de colocación, temple, dominio, y toreo verdadero con un caballo que supera con creces a los grandes del nuevo rejoneo. La tarde fue de Nazarí, y por supuesto el mérito de su jinete, que paso a paso se consolida como primera figura del rejoneo, con permiso de Pablo Hermoso, que todavía no ha dicho esta boca es mía en esta temporada. De las dos orejas sobró una. El circo de Morante con los bocados podría estar justificado en una plaza de carros. En la Maestranza no.
Muy nervioso el toricantano Andrés Romero en el toro de la alternativa, dejándose herir el caballo Perseo. Luego en el sexto, mas serio, dio una dimensión positiva, que cultivando ciertos aspectos de la doma de los caballos, y elección de los terrenos, podría alcanzar grandes cotas de liderazgo. Cuidado con las bocas de los caballos y los tirones. Los toques a destiempo en las piernas. El toreo, como en el amor, es suavidad y elegancia. Demasiado las dos orejas del sexto.
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