ÁNGELES Y DEMONIOS

Las Ventas

ÁNGELES Y DEMONIOS
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio.

Mañana comienza San Isidro, y a pesar de todo sigue siendo la feria más importante del mundo. Y más después del tropiezo de Sevilla. En este ciclo tiene el aficionado puestas sus esperanzas. Ya se sabe que el aficionado a toros vive en un constante sin vivir y se alimenta de la esperanza, del "a ver si es hoy".
La mano que mece la cuna del toreo es una mano negra. El fraude al toro se ha extendido de tal manera que en ningún reglamento, me refiero a los tantos como comunidades hay, castiga el turbio asunto de las fundas, ni tan siquiera hace referencia a ellas. Y ya sabemos que en ciertas comunidades lo del afeitado es tolerado (Andalucía), la droga al caballo de picar y al toro no está vigilada, y algunos toreros toman sustancias indeterminadas en los mismos callejones. Según parece esas sustancias tiene que ver con algo parecido a los Red Bull, que para eso hablamos de toros.
La feria de San Isidro de este año, nace coja. Sevilla también, pero no ha importado demasiado. Los carteles, ¡tantos carteles! no necesariamente tienen que ser buenos y además faltan toreros.
José María Baviano a quien le tengo un gran cariño por haber sido el único Director de Programación en la entonces Cadena Rato, que le dio un sitio importante a la programación taurina, tiene mucha confianza en esta feria porque tiene un "plantel de ganaderías excepcional". A resultas vamos Babiano. Sevilla sobre el papel también, y ¡zas! Petardo.
Nace coja por las ausencias que muy vehementemente justificó el empresario, y si soy sincero, a parte de las explicaciones, más o menos creíbles, en las que por cierto se dieron cifras de dinero, cosa inusual en esas ruedas de prensa, no me inquietan. La de Diego Ventura porque le hace falta una cura de humildad. La de Aparicio porque no es un torero de mérito para Las Ventas. La de Ponce es que no produce ningún ardor. Es tiempo de pensar en su retirada. Y las más lamentables son las ausencias de Tomás y de Cayetano pero en franqueza tengo argumentado el estado de la fiesta que provoca José Tomás con sus excesivos honorarios, aún cuando soy consciente de las plusvalías que genera, y no se olvide que si quiere torear en Madrid, si quiere, puede hacerlo a buen dinero y a la responsabilidad que quiera porque también está la plaza de Vistalegre. Y sin televisión. Claro que entonces no sería lo mismo. Y lo de Cayetano siempre se puede arreglar, que vaya fuera de feria como Tomás para que no le televisen. De manera que algunos otros intereses ocultos debe haber habido para sus ausencias.
Como ángeles y demonios se ve esta feria. Aquellos que pretenden la continuidad de la gracia de la tauromaquia para guardar y llenar sus bolsillos. Y los que guardan que los que se los llenan no sea por engaños, si no por integridad.
Los ángeles del toreo proponen carteles importantes para la plaza más importante, y los demonios del toreo vigilan los pecados, que son las faltas de los taurinos.
¿Por qué la historia se empeña en mostrar como ángeles a los toreros? ¿Por qué en mostrar como demonios a los del siete?
Verán, en treinta y una tardes si contamos la feria del aniversario, ya consolidada sin merecimiento, solo cuento doce carteles con cierto interés. El resto relleno para justificar un abono largo e insípido. Los demonios ganan. Por supuesto que interesan los carteles donde está Morante, Hermoso, El Juli y Manzanares. Los demonios encantandos. Y por supuesto que interesan algunas ganaderías como Samuel para ver si sale del bache. Los demonios no lo ven claro. La Quinta, Escolar, Adolfo y Victorino a ver si se desquita de lo de Sevilla, y sobre todo El Pilar por el buen cartel que ha dejado en la feria andaluza. Los demonios afilan el tridente. Pero no puedo olvidarme de toreros acartelados insatisfactoriamente y que hubieran merecido mejor trato u otra manera de conformar los carteles. Por ejemplo, Curro Díaz, Morenito de Aranda, y El Payo. Y pare usted de contar.
Los demonios vigilarán el toro. Como siempre el toro y a los ángeles en función al toro que les haya tocado en suerte. Pero no quiero ni pensar lo que ocurrirá en Las Ventas como salgan tan descastados y pésimos como en la Híspalis.
¡Menos mal que en Madrid contamos con el 7! El Rosco, Fausto y Salvi volverán a calentar las Ventas, como dijo el año pasado Lucas Pérez en El Mundo. Por eso, y por lo dicho, yo prefiero estar en el infierno, ¿y usted?, le advierto que con los ángeles que están en el cielo, se pasa más frío.