10 octubre 2009

HACERSE UNOS BOLOS


HACERSE UNOS BOLOS
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

En la anodina vida, supongo, del catedrático Ponce, también hay tiempo para hacerse unos bolos por provincias, antes de torear en Jaén la ultima de su particular temporada, y antes de rematarla en su finca con el fiestón de costumbre. Hacerse unos bolos para Ponce significa torear cómodo, toritos arreglados, y cobrar menos. Por ejemplo, Cayetano no hace bolos, sino que contrata una corrida, porque él no baja su caché. Ponce baja su caché, luego hace bolos. Aunque a decir verdad Ponce se ha pasado toda esta temporada haciendo bolos.
No crean que Ponce pierde el tiempo con esto de los bolos. Le sirven de entrenamiento. Un piquito por aquí, un alivio por allá. Un destoreo que parece toreo para que la gente se rompa las manos con las palmas y le grite: “¡Ponce ereee er mejooo!”, y unos estiramientos. Ponce ha puesto en su circo de esta temporada un nuevo numerito que consiste en unos extraordinarios estiramientos con la muleta en la derecha y para un circular muy aplaudido. Uno o dos circulares, que es lo que el seriado estiramiento da. Y además de no perder el tiempo con lo de los bolos, aún le da para indultar toros. Ya se sabe que este matador es conocido en ciertos ambientes taurinos como el indultador oficial del reino, pero lo de hoy, ha sido de charlotada. Un entretenimiento, un sobeo pasado de tiempo, pues la señora concejala, presidenta, no usaba reloj, y un indocumentado de la barrera, (en las barreras de las plazas de toros de los pueblos suele haber más de un indocumentado taurino), se incorpora de su asiento y le espeta a Ponce:

.- Enrique, indulta ese toro que se lo merece.

Y Ponce le pega otras dos tandas más de muletazos y al entrar a matar, cuatro voces gritan lo de no lo mates. Y la presidenta que ya llevaba concedidas seis orejas, que venia de la feria con un “vestio” rojo de faralaes que hacia ojo, ni corta ni perezosa, va y saca el pañuelo azul. Ni una palma tras este gesto. Otras cuatro tandas de muletazos más, con las que sumé un total de 120 muletazos a favor del toro, simulación de la suerte, retirada del toro, y un rabo para el torero que vino a Fuengirola a hacerse unos bolos y se llevó un indulto.

El mérito del toro para su indulto fue el siguiente: salió al ruedo en cuarto lugar y se veía que estaba marcado bien el numero 68. Embistió al capote con flojedad pero con fijeza. De los picadores tomó una vara del de puertas, bastante pésima, y una mejor del de tanda. Cumplió en banderillas y en la muleta se dejó pegar los 120 muletazos citados y fue tan bueno que permitió colocarse mal a Ponce todas las veces que le dio la gana.

Si los Hermanos Sampedro usan este toro como toro de vacas, se entenderá perfectamente porqué su ganadería no lidia nunca en plazas de importancia, pues todo lo que crían no levanta más de un palmo del suelo.

Manzanares vino a Fuengirola a torear y lo hizo mejor que nadie, sin tener el extraordinario lote del catedrático. Al tercero le alargaba el brazo para que fuera más allá de dónde quería quedarse el torito, y lo consiguió, y luego le puso estética y dulce. Y al invalidísimo sexto lo mantuvo en pie, pero eso no es mérito de torero, sino desvergüenza de ganadero.

Salvador Vega sigue perdido por el espacio sideral. Con el sobrero que hizo segundo que estaba aún más invalido que el devuelto, una noble fiera ¿?, se puso cual figurón delante de un toraco. Y al quinto no lo entendió ni en la distancia, ni en su acometividad. Le dio cercanías cuando pedía lejanías y lo atosigó cuando era suavidad en el trato.

¡Aquí paz y allí gloria!

FICHA:
Plaza de toros de Fuengirola, Málaga. Corrida de feria. 10 de octubre de 2009. Toros de Los Hermanos Sampedro que sustituían a los anunciados de La Palmosilla. Terciados, sospechosos de pitos, sin fuerza, pero buenos y nobles. El segundo fue el sobrero. El cuarto fue indultado. Enrique Ponce, estocada trasera caída, dos orejas, y rabo simbólico del que indultó. Salvador Vega, estocada buena, dos orejas, y media caída, oreja. José María Manzanares, estocada tendida y caída, dos orejas, y pinchazo hondo, descabello, y se echa por su cuenta, silencio.

4 comentarios:

malagueto1 dijo...

Me alegra mucho, Sr. Hervás, todo lo que ha escrito de Ponce.
Le digo porqué: cuando hice un pequeño resumen en su emisora de la feria de Bilbao, dije que Ponce había sido el rey del cuento, del timo y de la desvergüenza al entrentarse al público. Entonces se molestó mucho un señor que trabaja con ud en la radio. Pues leyendo la crónica de Fuengirola, ha sido lo mismo que hizo en Bilbao, no indultó porque allí quizás esté el mejor presidente de toda España, pero el destoreo, el cuento y el hacer creer a la mayoría que es el mejor, sí.
Menos mal que quedamos unos cuantos a los que no nos engaña.

Saludos

Unknown dijo...

Menos mal que no estuve presente, para asitir a otro "insulto" del académico.

isieasy7 dijo...

Navalon fue un taurino y ademas adivino de lo que venia en el futuro.
SIN TORO NA HAY TOREO.
isieasy7

isieasy7 dijo...

Navalon fue un taurino y adivino del futuro de lo que venia en el circo de los toros.