30 octubre 2009

ANTOLOGIA DE PICADORES. El peto y la cruceta.

Por el año 1960, Don Justo reflexionaba en la revista El Ruedo sobre lo particular del uso del peto y de la cruceta. La fiesta venía del caballo destripado y de la lanzada como vara de medir, y como consecuencia de los derribos, los quites, que más tarde pasaron a llamarse artísticos. Se hablaba hace cincuenta años de que el peto deslucía el hermoso tercio que significa, bien realizado, el de varas, y hoy día a ningún aficionado se nos ocurriría pedir una fiesta sin peto, aunque sí con un caballo más liviano y un peto más ligero, de tal forma que el toro pueda sentirse vencedor, sin serlo. Ya en aquel año afirmaba Don Justo que el picador del peto era más eficaz que el de antes, aunque de cualquier forma estos subalternos de oro, eran y siguen siendo blanco de las iras del populacho... y sin embargo nadie quiere darle el merito que deben tener, ni siquiera ellos mismos. Nombres que han hecho época y honra de la suerte son: Badila, Agujetas, Calderón, Chano, Relámpago, Camero, Carriles, Melones, Catalino, Farnesio. O los que nos pueden sonar, más cercanos a nuestra época, Artillero, Aldeano, Atienza o Pimpi.

Tapando la salida en una época sin rayas
Derribo, pero con amor propio.

Agujetas

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