Afirmo que la fiesta moderna es a causa de alguna prensa relacionada con los medios de más impacto. Me refiero a la televisión y a algunos de sus comentaristas.
Entre los que ejercen este oficio de criticar están los que beben de los taurinos para contar lo que ellos quieren y los que beben de la historia para contar el toreo por dentro. Sostengo a modo de figura gráfica que si hubiera críticos en el fútbol tan duros como en los toros, ese deporte sería otra cosa. O quizás precisamente por eso algunos de los que ejercen esta profesión se han humanizado también.
Los humanizadores nos critican que juzgar al que se juega la vida no es de humano. Dijeron de humanizar la fiesta y se consintió atropellar al toro. La edad, el afeitado, las fundas. La actual suerte de varas que no es más que un recuerdo imbricado con la fiesta antigua. La mayoría de los críticos humanizados ni hablan del fraude. Unos porque lo asumen como cosa moderna. Otros porque lo callan sobrecogedoramente.
El humanizador de la fiesta se empeña en aseverar que el toreo es un arte. Pero yo afirmo que no. Al menos en la dimensión que lo son otras artes. No puede ser como otro arte cualquiera. El arte del toreo está en otra dimensión porque aquí se muere de verdad. ¿O le llamamos arte a las gestas del Fundi? Pero sí se lo llamamos a la estética de Morante.
No nos traicionemos. El arte del toreo es arte por cuanto el dominio de la fiera consiste en emplear recursos que utilizados con gracia producen satisfacción al que los emplea y al que ve como se emplean. Lo que pasa es que el trasteo se dimensiona porque lo que se domina es la muerte.
La cogida
Les advierto una cosa, los críticos no estamos aquí para salvar la fiesta o sacarla de esta modernidad. En realidad estamos aquí para contar con criterio, más o menos, lo que vemos.
José Luis de Pablo Romero lo tenía claro: “Algo podía hacer la crítica, pero con la critica pasa como con los ganaderos: que haya dos o tres en plan decente no soluciona casi nada...”
Quizás ustedes me pidan que me moje con la opinión que me merecen algunos críticos. Sepan que no soy nada corporativista en este sentido pero tampoco quisiera ser incauto. Antes he dicho que la fiesta moderna lo es porque algunos no la contaron bien en la televisión y en la radio.
Adolfo Rodríguez Montesinos tiene declarado: “en RNE ha habido varios periodos de evolución positiva y otra de clara involución hacia un periodismo taurino rancio, trasnochado y rendido a las figuras del toreo...”
Lleva razón Adolfo. He conocido a los hermanos Carabias y a Fernando Fernández Román. Entiendo que lo que dice Rodríguez Montesinos tiene que ver más con este último.
Sin duda fue el palabrero Fernández, como lo llamó Navalón uno de los propiciatorios de la fiesta moderna, y hay más:
Les dije que gran parte de esta exposición está documentada en el único libro que escribió Navalón, de manera que huelga mi posición. Pero sepan que Viaje a los Toros del Sol es una recopilación de reportajes que Cebrián decidió editar de lo publicado por Alfonso en Informaciones. Sólo una cosa más: Navalón fue ganadero, aficionado practico, toreó festivales junto a figuras como Pepe Luis Vázquez padre a quien adoraba, y contó lo que sabia por experiencia. Alguna vez contaré mis conversaciones con él.
Les advierto una cosa, los críticos no estamos aquí para salvar la fiesta o sacarla de esta modernidad. En realidad estamos aquí para contar con criterio, más o menos, lo que vemos.
José Luis de Pablo Romero lo tenía claro: “Algo podía hacer la crítica, pero con la critica pasa como con los ganaderos: que haya dos o tres en plan decente no soluciona casi nada...”
Quizás ustedes me pidan que me moje con la opinión que me merecen algunos críticos. Sepan que no soy nada corporativista en este sentido pero tampoco quisiera ser incauto. Antes he dicho que la fiesta moderna lo es porque algunos no la contaron bien en la televisión y en la radio.
Adolfo Rodríguez Montesinos tiene declarado: “en RNE ha habido varios periodos de evolución positiva y otra de clara involución hacia un periodismo taurino rancio, trasnochado y rendido a las figuras del toreo...”
Lleva razón Adolfo. He conocido a los hermanos Carabias y a Fernando Fernández Román. Entiendo que lo que dice Rodríguez Montesinos tiene que ver más con este último.
Sin duda fue el palabrero Fernández, como lo llamó Navalón uno de los propiciatorios de la fiesta moderna, y hay más:
Joaquín Jesús Gordillo junto a la entonces incipiente periodista y sin embargo ahora presidenta, Ana María Romero.
A Joaquín Jesús Gordillo le reprocho que nos haya hurtado su pedagogía pues silenció más que dijo, y eso que no para de hablar.
A Joaquín Jesús Gordillo le reprocho que nos haya hurtado su pedagogía pues silenció más que dijo, y eso que no para de hablar.
Manuel Molés entrevistando a Juan Pedro Domecq
Hay otros que ejercen esta profesión, que no citaré, que han considerado mejor hacer de su trabajo un show de entretenimiento para no molestar y para comer, yo entonces me pongo a repasar para tomar oxigeno a Joaquín Vidal.
Pero no puedo terminar este capitulo sin citar a dos de mis preferidos:
Hay otros que ejercen esta profesión, que no citaré, que han considerado mejor hacer de su trabajo un show de entretenimiento para no molestar y para comer, yo entonces me pongo a repasar para tomar oxigeno a Joaquín Vidal.
Pero no puedo terminar este capitulo sin citar a dos de mis preferidos:
Les dije que gran parte de esta exposición está documentada en el único libro que escribió Navalón, de manera que huelga mi posición. Pero sepan que Viaje a los Toros del Sol es una recopilación de reportajes que Cebrián decidió editar de lo publicado por Alfonso en Informaciones. Sólo una cosa más: Navalón fue ganadero, aficionado practico, toreó festivales junto a figuras como Pepe Luis Vázquez padre a quien adoraba, y contó lo que sabia por experiencia. Alguna vez contaré mis conversaciones con él.
Navalón torando a una de Buendía
De Mariví Romero diré que fue, cuando estuvo en activo, la voz de la afición y considerándome su discípulo nada más debo añadir, salvo que añoro los años que trabajé junto a ella.
Juan Ramón Romero de espaldas. Jesús María del Rey, compañero, con el micrófono. Un servidor. Mariví Romero y Rafaél Mellado de El Mundo.
De Mariví Romero diré que fue, cuando estuvo en activo, la voz de la afición y considerándome su discípulo nada más debo añadir, salvo que añoro los años que trabajé junto a ella.
1 comentario:
para mi,lo mas grave del periodismo taurino,es la falta de conocimiento del tema.
cortinar
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