NÚÑEZ DEL CUVILLO, NÚMERO 126 Y DE 519 KILOS, LIDIADO EN QUINTO LUGAR FUE EL DE MEJOR PRESENTACIÓN.
Una puerta del Príncipe en Sevilla es el tope de la gama, y esa puerta no se puede abrir de cualquier manera. No seré yo quien le niegue una a Daniel Luque porque de la torería andante, el que más se lo merece es él. Sin embargo la puerta de ayer, NO. Quizás el conjunto de la sexta faena pareció mejor que la particularidad, pero en realidad todo se precipitó por las ganas que le tiene Sevilla a este torero... y yo también porque de haber tenido otra edad, en mis piernas más juventud y en mi corazón más fuerza, desde la temporada pasada lo hubiera seguido al fin del mundo para haberle escrito toda su vida torera, pero ayer NO.
Veamos:
El jabonero sexto era avacado y con falta de remate manifiesto. Fue bravo en varas y tuvo pies en palos, pero cuando en la muleta Daniel le exigía, el toro se venía a menos, después de venir repitiendo y siendo pronto en las embestidas.
Se le aplaudió al picador Javier García por hacer bien su trabajo, y Daniel abrió aquella faena primorosamente, igual que primorosos fueron los remates, los adornos, los postres, los finales, pero el toreo fundamental no estuvo, insisto, porque el toro no quería engancharse con aquel torero, y el torero, técnico, decidido, con la puerta del Príncipe ante sí, hacía lo que podía por que todo pareciera mejor de lo que era en realidad (merito del torero, ¡claro!), le dieron un aviso, que los avisos son importantes porque nos indican la medida que un torero tiene en la cabeza para el examen al que se enfrenta, y luego dio una estocada trasera. ¿Para oreja? Si, pero no para dos.
Con el novillote que hizo tercero, que manseó en varas y al que no se picó (ojo que Portugal está muy cerca), que galopó en palos, (saludaron Iván y Arruga) y al que vimos como se defendía por el pitón derecho y que humillaba por el izquierdo acabándose pronto. Aquí Luque estuvo sensacional con el capote y con mucha verdad en la muleta con un final encimista, que es lo que menos me gusta de Daniel, por eso la faena buena pero no de oreja. Ahora la oreja que le dieron valió por sí sola la estocada, la muy buena estocada que recetó... y amén.
La corrida de Núñez del Cuvillo, impresentable para Sevilla, buena para Marbella, se dejó ampliamente en todos los tercios. Aplaudido al arrastre el primero, segundo, y ovacionado el quinto.
Diego Urdiales cortó una oreja por una muy buena estocada al primero, con un trasteo despegado, de calidad, facilidad, estética. En el cuarto le vimos su capote, su temple y su oficio, mejor colocación y buen toreo al natural.
Alejandro Talavante ligó bien al novillo segundo, le hizo la noria, usó el pico y le dieron oreja por la buena estocada. Y con el toro más encastado, el quinto, el de la foto, estuvo muy bien con el toreo salpimentado, por bajo, por el izquierdo lo aprovechó, pero lo pinchó.
¡Aquí paz y allí gloria!
1 comentario:
la actual Sevilla y desde el lunes ya sabemos lo que vendrá, salvo Miura. Si ellos son felices con estas novilladas y espuertas de despojos, que lo disfruten; yo, nooooooooo
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