22 abril 2024

SEVILLA. FERIA 2024. PLAZA DE LA REAL MAESTRANZA. UNA BUENA CORRIDA DE MIURA CIERRA LA FERIA MÁS IMPORTANTE DE LO QUE VA DE SIGLO.

PRIMER MIURA. NÚMERO 49 DE 530 KILOS. BRAVO.

 El mundo del toro, controvertido y asustadizo ha comprendido que con miedo al futuro no se camina. Sevilla ha sido un punto de inflexión para comprender que la tauromaquia es una forma de vida y que merece el mismo respeto o más que otras actividades lúdicas, deportivas, sociales, institucionales que generan en el ser humano, bienestar y emociones. Nada como la tauromaquia para hacer del ser humano más humano, más comprometido con la vida, más social, y más empático. Y todo esto no es por un especial capricho del destino, no, es porque el motivo que mueve este inigualable arte es el respeto a la vida y el miedo a la muerte.

La corrida de Miura ha sido la última de una feria que ha sido la más importante de las que llevamos en este siglo XXI, y ha sido una buena corrida de toros. Con toros dignamente presentados, excepto el quinto que bajó un poco, que embistieron, excepto el quinto que fue un marrajo con marchamo de la casa y que pidieron los papeles a una terna, escuálida, porque dos de los toreros estaban inválidos por circunstancias físicas, avisados por el hierro que mataban, y desconcertados porque no se esperaban que aquellas carnes prietas metieran la cabeza.

Fue bravísimo el primer toro, en todos los tercios, quizás en la muleta por el pitón izquierdo tardo y calamocheador y si se apagó por el pitón derecho fue por la inoperancia de su matador, el Fandi.

David Fandila "El Fandi", se fue a chiqueros en sus dos toros, bueno, ya saben, a esa enorme ventaja que supone ponerse de rodillas en los medios frente a la puerta de chiqueros, pasadas las dos rayas. Compartió palos con Escribano y lo hicieron a cabeza pasada porque el toro era un tren en sus acometidas. Luego el granadino no se acopló y no lo entendió en las arrancadas buenas que tuvo por el pitón derecho.

En el cuarto toro dio una vuelta al ruedo, en el que también compartió palos con Escribano que puso su para toro pasado, estando más correcto Fandi. En la faena de muleta anduvo firme pero muy eléctrico, algo mejor por el pitón izquierdo. Lo mejor, la estocada. El toro con chispa y casta tuvo mucho interés y exigencia que estuvo a más altura que el torero.

Manuel Escribano fue recibido con una gran ovación después de su anterior gesta. Se fue a toriles en sus dos toros y compartió palos, en sus dos toros, con El Fandi. En este toro los pares, pasados. Luego en la muleta vio pronto al toro. Estuvo decidido, firme, pero mató mal a un toro que había sido encastado en los dos primeros tercios y que a la muleta llegó punteando la franela, yendo, echando la cara arriba pero dejándose. Por el pitón izquierdo fue pronto, con más nobleza y humillación sobre todo al inicio del embroque.

El quinto Miura también encastado desarrolló en la muleta. De medios viajes, colándose, haciendo hilo. el esaborío de la tarde. Más entonado en las banderillas. en el trasto anduvo porfiando, intentándolo pero no fue posible.

Cortó una oreja Esaú Fernández por una faena de menos a más. Desconfiado al principio que luego fue a más, hasta llegó a bajar al mano, esperar las embestidas y aguantar las miradas. Mató de tendida. El toro se dejó en varas pero giñó a los banderilleros que pasaron un quinario para poner cuatro palos. En la muleta se dejó por ambos sin malicia, peor por el izquierdo y por el derecho se empleaba cunado Esaú se metía con él.

El bravo sexto se apagó pronto. Recargó en varas. En banderillas echaba la cara arriba. Por el izquierdo se puso probón y por el derecho fue de más a menos. Quizás si Esaú Fernández no se hubiera puesto encimista, acogido al unipase, hubiéramos visto otro toro. Por su poca resolución le faltó a la faena querer algo más. Se conformó el chaval con la oreja de su primero.

¡Aquí paz y allí gloria!

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