"Este toro no ha servido", o "este otro ha servido", nunca me parecieron apropiados en la tauromaquia porque el orgullo del toro bravo me parecía que se desprestigiaba, y el toro bravo es el rey de este espectáculo. De manera que lo más apropiado, para mí, era decir que este u cualquier otro toro, no había embestido, o variaciones sobre este verbo, como, acometer.
Dicho esto, paso a justificar el titulo de estas notas puesto que he empleado "INSERVIBLES" para una corrida de Valdefresno que no había por donde cogerla. Toros mentirosos en el caballo, bien presentados, eso sí, pero carentes de fijeza en todos los tercios, y en todos los tercios manseando, algunos rajados y los más imposibles, que a no ser por la disposición de los matadores y por la plaza que era, en otra los hubieran pasaportado sin miramientos, de manera que ya se pueden poner las pilas los herederos porque de las condiciones en las que he visto este ganado al descaste, hay solo un paso que es una camada, y luego ocho años de recuperación, mínimo.
Daniel Luque estuvo muy en su papel de veterano, con el peor lote de todos, y sabiendo ser y estar en torero.
José Garrido con muchas ganas anduvo porfión y con fases en las que consiguió embestidas imaginadas pero con una voluntad férrea. El presidente le negó la oreja pedida por el público.
Y el toricantano, confirmante portugués Juanito, aseado en el de la alternativa y un tanto desbordado en el que cerraba plaza.
Quiero destacar que las orejas que los presidentes no dieron en esta corrida o en las anteriores
me parecen bien negadas, la plaza de Las Ventas es la primera plaza del mundo y aunque la pasión es parte de este espectáculo, hay que tener la cabeza fría para seguir manteniendo el listón muy alto y sobre todo porque esas orejas negadas han servido para valorar las vueltas al ruedo, que no olvidemos fue originariamente el primer trofeo que existió en el toreo.
¡Aquí paz y allí gloria!
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