Los tres primeros toros con presencia, pitones y poca casta se apagaron pronto. Todo el interés por la visión de un toro enorme, se fue trocando en una desilusión frustrante. Cuarto defendiéndose. Quinto al corral por flojo después de emplearse en varas. Sobrero de Montealto, cumplió en varas y en palos cortó. El sexto cumplió en los dos primeros tercios.
Desapercibido Ferrera en su primero, Fernando Sánchez y Chacón saludaron en el cuarto por buenos pares de banderillas. En la muleta nada. Tornillazos y desabridas embestidas. Lo probó y lo pasaportó con habilidad.
Con talento y clarividencia Daniel Luque estrelló su disposición y oficio con el segundo. Buenas fueron las verónicas al quinto devuelto. Embistiendo a oleadas lo trasteó con solvencia pero sin haber lucimiento.
Y Gonzalo Caballero recibido cariñosamente por los madrileños nada pudo con el desilusionante tercero. Al sexto, con más recorrido lo toreó con alegría pero sin opciones de triunfo pues la embestida no era limpia.
En la tauromaquia los sueños son la vida para los toreros, pero como la vida misma, los sueños se diluyen si no hay realidades que los sustentes.
Aquí paz y allí gloría!
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