UN BRAVO PUERTO

Cubilón, nº 159, de cinco años. Toro de El Puerto de San Lorenzo. Toro bravo.

UN BRAVO PUERTO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Y salió el toro, con hechuras, muy bien presentado y con arboladura para candela. Tomó el primer puyazo yéndo, quedándose y empujando. Lo cogió bien Daniel López que quiso hacer la suerte como Dios manda. El segundo puyazo, de menos tiempo, menos intenso, pero que el toro pelea bien. Galopa en banderillas y Montoya le sopla dos pares de escuela. Mientras saluda, su compañero Juan Rivera, perseguido con bastantes pies por el del Puerto cae de boca a la entrada del burladero y se abre una brecha en la frente. Al último tercio el animal llega como el toro soñado por los aficionados. Entero, con pies, viaje, humillando y pidiendo toreros.

¡Toreros, esa especie humana en decadencia!

No los había, uno buscaba por el ruedo y por mucho buscar encontraba unos pocos que se podían contar con los dedos de una mano. El Boni, hoy sí Alcalareño, Aranda, Montoya. ¿Y de los matadores? Pues eso, que han matado los toros pero que no han toreado. Este sexto a Rubén Pinar no se le va a olvidar en la vida. Con fatídica suerte lo quitará de la circulación. Con mucha suerte y porque tiene el apoderado que tiene, seguirá. Seguirá pero le auguro pesadillas enormes por no saber cuajar un toro bravo. ¡Qué mala suerte ha tenido el de Albacete, tocarle un toro que diga lo mal torero que es! Es verdad que es un torero nuevo. ¿Y qué? A un torero nuevo no se le puede ir nunca este toro, en Madrid, o este mundo es un mundo injusto que solo encumbra a los mediocres que tienen padrinos. Pero claro, este era el toro bravo, ¿y al tonto, bobo? Tampoco. El tercero era noble y bonancible, rayano en la bobería, y Rubén tampoco se enteró.

La corrida del Puerto de San Lorenzo ha sido una buena corrida de toros, una corrida soñada para el triunfo en las Ventas. Ni un pero en sus embestidas. A los dos reseñados, cabe añadir la interesante casta del primero, lo manejable del segundo con un pitón izquierdo enorme. El buen recorrido del cuarto aunque al final de la faena terminara saliendo del engaño a media altura. Y un quinto con otro pitón izquierdo de antología. Les puedo asegurar que cabras o bueyes de carreta, como otros que se han visto en esta feria, no eran. ¿Entonces qué quieren los toreros modernos?

El Cid, alma en pena, que no fue capaz de romperse con el cuarto por ninguno de los dos pitones. Ni cuajar al primero porque le asustaba el picante de la casta. Y Castella que se amilanó por las protestas del publico al quinto toro, que la gente protestó por considerarlo flojo, cuando debió aprovechar el pitón bueno que era el izquierdo, y poner de acuerdo a todos. Un francés toreando, o como se diga hoy, al hilo del pitón, sin profundidad, sin llevarlo, abortando toda opción de ir hacia adelante.

¡Dios mío, que ejercito de ineptos!

¡Aquí paz y allí gloria!

FICHA:
San Isidro. Salió un toro bravo.
Seis toros, bien criados y rematados, de El Puerto de San Lorenzo. El primero más terciado, resto bien presentados, y sexto muy bien presentado. Todos manejables, sexto bravo. El Cid, estocada trasera y descabello, (silencio). Resbala la espada perdiendo la muleta, estocada trasera baja con derrame, (silencio). Sebastián Castella, pinchazo saliendo cogido sin consecuencias, aviso, pinchazo y media, (al tercio). Dos pinchazos, media trasera y caída, (silencio). Rubén Pinar, estocada baja, (silencio). Estocada trasera caída, (silencio).