LA CULPA LA TIENE EL TORO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Debía ser la resaca de la buena corrida de ayer por lo que los madrileños en la tarde de hoy no les hicieron caso a los tres novilleros, a saber: el mejicano Arturo Saldivar, el hijo de Justo Benítez, Luis Miguel Casares, y uno de Getafe al que le dicen Cristian Escribano. O quizás que el público de hoy haya querido ser benevolente, magnánimo con los chavales cuando en realidad merecían ser corridos a gorrazos por lo menos hasta la Venta del Batán.
De cualquier manera, oyendo lo que se les oye a muchos señoritos del clavel y a algunos profesionales, resulta que la culpa de todo lo que en una faena pase la tiene el toro, hasta de lo bueno, aunque esta circunstancia se cante menos. Por ejemplo según me cuentan de la corrida de ayer se habla mucho más y mejor entre los aficionados que hablan los profesionales. Ellos sabrán. Lo que es cierto es que la novillada de Guadaira de hoy se ha dejado y se podía haber triunfado con ella. Viene pareciendo un tópico desde que dejamos las corridas del descaste de principios de feria que embistan los toros mucho más que los toreros con lo que nos damos cuenta de la mediocridad en la que estamos. Y que por supuesto tenemos un problema con la novillería que afecta al futuro.
Que el toro, (hoy era el novillo), tiene la culpa, según los entendidos en esta materia se debe a que cuando no embiste es porque no embiste, y es desclasado, es soso, es peligroso, es bobo, etc., etc. Que cuando embiste es que no embiste derecho, es que se sale fuera, es que da cornaditas a la muleta, sale con la cara alta, se ha parado pronto.
Debo decir y digo que esta es una representación, un arte, un espectáculo, donde se muere de verdad, y que en este oficio no tienen cabida los torpes, ni tan siquiera aquellos que un día están bien, y otro torpean, porque ese día, un toro, se los lleva por delante.
Tengo costumbre de contestar cuando alguien me acusa de ser duro con los toreros de que en este teatro, quizás con suerte, se muere de verdad, con mala suerte te mandan a una silla de ruedas, o a un estado catatónico. Por eso concibo esta fiesta para toreros inteligentes y con el máximo respeto al toro. Por eso no admito que se diga de la novillada de hoy sandeces, y no admito disculpas para los chavales. Los novillos, cada uno en su condición han estado por encima de los novilleros y a los novilleros hay que decirles que si quieren estar en esto que lo estén con todas las de la ley, si no que se vayan a otro trabajo donde seguro tendrán más futuro y serán más hombres de provecho. Por ejemplo, se me ocurre, y dios me libre de meterme en cosas de familia, que es lo que debe decirle Justo Benítez a su hijo. Le tocaron, un segundo novillo muy bueno por ambos pitones y un quito manejable. Y se acojonó. Por el motivo que fuera no dio pie con bola. Enganchones, torpes planteamientos, en las embestidas se iba de la cara, cuando venia no sabía llevarlo, o le pegaba tirones. Eso si se entregó en las estocadas. ¡Menos mal!
El mejicano Arturo Saldivar no paso de aseado en el primero, ni dio el pasito para estar mejor. En el cuarto faena de altibajos con detalles pero sin romper la faena con el encastado novillo.
Y Cristian Escribano anduvo decidido en el tercero pero no pudo con la fiereza del novillo y voluntarioso en el sexto pero no arrebató quizás con el más sosito de la tarde.
Los novillos de Guadaira correctamente presentados excepto el abecerrado segundo. El primero sin fuerzas pero noble. El segundo bueno por los dos pitones. El tercero fiero, aplaudido al arrastre. El cuarto encastado. El quinto manejable y el sexto se deja con sosería.
FICHA:
San Isidro. No hay novilleros.
Novillos de Guadaira, correctos de presentación. Mansos en los caballos pero manejables en general. Arturo Saldívar, pinchazo perdiendo la muleta, otro pinchazo y siete descabellos, (silencio). Estocada baja perdiendo la muleta, (silencio). Luis Miguel Casares, estocada, (silencio). Estocada con derrame, (silencio). Cristian Escribano, pinchazo, aviso y estocada, (silencio). Dos pinchazos, estocada que hace guardia, tres descabellos, aviso, descabello, (silencio).
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Debía ser la resaca de la buena corrida de ayer por lo que los madrileños en la tarde de hoy no les hicieron caso a los tres novilleros, a saber: el mejicano Arturo Saldivar, el hijo de Justo Benítez, Luis Miguel Casares, y uno de Getafe al que le dicen Cristian Escribano. O quizás que el público de hoy haya querido ser benevolente, magnánimo con los chavales cuando en realidad merecían ser corridos a gorrazos por lo menos hasta la Venta del Batán.
De cualquier manera, oyendo lo que se les oye a muchos señoritos del clavel y a algunos profesionales, resulta que la culpa de todo lo que en una faena pase la tiene el toro, hasta de lo bueno, aunque esta circunstancia se cante menos. Por ejemplo según me cuentan de la corrida de ayer se habla mucho más y mejor entre los aficionados que hablan los profesionales. Ellos sabrán. Lo que es cierto es que la novillada de Guadaira de hoy se ha dejado y se podía haber triunfado con ella. Viene pareciendo un tópico desde que dejamos las corridas del descaste de principios de feria que embistan los toros mucho más que los toreros con lo que nos damos cuenta de la mediocridad en la que estamos. Y que por supuesto tenemos un problema con la novillería que afecta al futuro.
Que el toro, (hoy era el novillo), tiene la culpa, según los entendidos en esta materia se debe a que cuando no embiste es porque no embiste, y es desclasado, es soso, es peligroso, es bobo, etc., etc. Que cuando embiste es que no embiste derecho, es que se sale fuera, es que da cornaditas a la muleta, sale con la cara alta, se ha parado pronto.
Debo decir y digo que esta es una representación, un arte, un espectáculo, donde se muere de verdad, y que en este oficio no tienen cabida los torpes, ni tan siquiera aquellos que un día están bien, y otro torpean, porque ese día, un toro, se los lleva por delante.
Tengo costumbre de contestar cuando alguien me acusa de ser duro con los toreros de que en este teatro, quizás con suerte, se muere de verdad, con mala suerte te mandan a una silla de ruedas, o a un estado catatónico. Por eso concibo esta fiesta para toreros inteligentes y con el máximo respeto al toro. Por eso no admito que se diga de la novillada de hoy sandeces, y no admito disculpas para los chavales. Los novillos, cada uno en su condición han estado por encima de los novilleros y a los novilleros hay que decirles que si quieren estar en esto que lo estén con todas las de la ley, si no que se vayan a otro trabajo donde seguro tendrán más futuro y serán más hombres de provecho. Por ejemplo, se me ocurre, y dios me libre de meterme en cosas de familia, que es lo que debe decirle Justo Benítez a su hijo. Le tocaron, un segundo novillo muy bueno por ambos pitones y un quito manejable. Y se acojonó. Por el motivo que fuera no dio pie con bola. Enganchones, torpes planteamientos, en las embestidas se iba de la cara, cuando venia no sabía llevarlo, o le pegaba tirones. Eso si se entregó en las estocadas. ¡Menos mal!
El mejicano Arturo Saldivar no paso de aseado en el primero, ni dio el pasito para estar mejor. En el cuarto faena de altibajos con detalles pero sin romper la faena con el encastado novillo.
Y Cristian Escribano anduvo decidido en el tercero pero no pudo con la fiereza del novillo y voluntarioso en el sexto pero no arrebató quizás con el más sosito de la tarde.
Los novillos de Guadaira correctamente presentados excepto el abecerrado segundo. El primero sin fuerzas pero noble. El segundo bueno por los dos pitones. El tercero fiero, aplaudido al arrastre. El cuarto encastado. El quinto manejable y el sexto se deja con sosería.
FICHA:
San Isidro. No hay novilleros.
Novillos de Guadaira, correctos de presentación. Mansos en los caballos pero manejables en general. Arturo Saldívar, pinchazo perdiendo la muleta, otro pinchazo y siete descabellos, (silencio). Estocada baja perdiendo la muleta, (silencio). Luis Miguel Casares, estocada, (silencio). Estocada con derrame, (silencio). Cristian Escribano, pinchazo, aviso y estocada, (silencio). Dos pinchazos, estocada que hace guardia, tres descabellos, aviso, descabello, (silencio).
1 comentario:
tienes toda la razon...y el escalafon de aficionados.....de que fuentes beben o pueden beber...
siempre me ha gustado comprobar los publicos de cada plaza a la que voy, y mas si voy por primera vez, es divino averiguar la multitud de ellos que hay, comentarios, lo que aplauden, lo que no, por que tendidos estan...es algo de lo que nunca se habla.
como aficionado, me emociona mucho cuando en un pueblo, se respeta al toro y le dan su medida al festejo
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