EL SIN ZAHONES POR LA PUERTA GRANDE

Cañero por Ruano Llopis

EL SIN ZAHONES POR LA PUERTA GRANDE
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Me recuerdan de vez en cuando que no es pecado mortal que el chico de Leonardo no se ponga los zahones. Y yo contesto que pecado mortal no, pero una falta de educación taurina si. La próxima generación, viendo esto, es capaz de torear en calzoncillos. Igual que ya la faja en el terno de luces prácticamente no existe.

Esto no quita ni mucho menos el buen oficio que Leonardo Hernández ha adquirido, tiene y demuestra, posicionándolo entre los tres mejores rejoneadores del momento. A saber: Hermoso, Ventura y Leonardo. Que no se ofendan, Fermín, Antonio Domecq y Moura, porque ellos son los espejos donde estos niños se han mirado e incluso se siguen mirando.

El sin zahones tiene junto a Ventura la mejor cuadra del rejoneo. Se podrían medir ambas alguna tarde que coincidan, pero los caballos de Leonardo, perfectamente reunidos, puestos y montados hacen el toreo con el temple majestuoso, del noble arte ecuestre. Aunque Leonardo le gana por la doma a Ventura debido a que aquel no enseña a morder a ningún equino, y este les enseña normas de urbanidad para parecer educados. Sin violencia, con prestancia, elegancia y portento de clarividencia es el rejoneo de Leonardo.

Sin embargo, todo lo contrario el toreo de Rui Fernandes, lleno de errores, de fisuras en las reuniones, de brutalidad en los ejercicios y de exageraciones en las ayudas. El toreo violento del portugués debe ser desterrado de los anales de la tauromaquia ecuestre, pues no es disculpable como el toreo que llamamos heterodoxo, que en la tarde hoy ha practicado Andy Cartagena, bien es verdad que con menos acierto y reunión que en otras ocasiones.

Los toros de Terrones terciados primero, segundo y quinto, y correctamente presentados el resto. Todos despuntados reglamentariamente, es más algunos pasarían el reconocimiento de algunas otras plazas de primera (y no quiero nombrar a ninguna), pero para corridas de a pie. Manejables en general, mejores cuarto y sexto.

El presidente Trinidad López sin criterio, valoró igual las orejas del portugués y de Cartagena que la de Leonardo, por actuaciones mucho más vulgares. La segunda oreja a Leonardo en el sexto toro sobró. Para la autoridad de un espectáculo nunca puede ser excusa reglamentaria la petición del público y el derecho a su primera oreja. Eso es una falacia vendida por el taurinismo oficial a los políticos. De la presidencia debe desprenderse siempre una función pedagógica que ayuda a la categorización de una plaza.

¡Aquí paz y allí gloria!

FICHA:
San Isidro. La primera de rejones.
Seis toros de Luis Terrón, terciados y manejables. Cuarto y sexto, buenos. Despuntados reglamentariamente. Rui Fernandes, rejón de muerte bueno, (al tercio). Rejón trasero caído, (oreja). Andy Cartagena, cuatro pinchazos y uno hondo, (silencio). Rejón caído, (oreja). Leonardo Hernández, trasero y contrario, (oreja). Contrario caído, (dos orejas).
Los rejoneadores no se aplican el cuento, una vez que matan y creen haberlo hecho bien, saltan de los caballos para alear la muerte del toro viéndose a veces en circunstancias comprometidas, y luego vuelven al patio a montar un caballo y salir disparado para animar a pedir las orejas. Un caballero no se baja de un caballo hasta que termina su faena, que es cuando termina de pasear los trofeos.