¡COMO ESTÁN LOS TOROS!

Aparicio cogido por el primer toro. Foto tomada de Burladero.com

¡COMO ESTÁN LOS TOROS!
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

A veces no hay quien entienda este negocio. No se sabe bien si los que protestan los toros lo hacen por mansos, o por chicos, y hay días que nadie sabe por qué va a la plaza. Hubo un manso que se quería beneficiar a un Gavira, que se deja y además se va contento con el manso encima. Se admiten toros impresentables en la primera plaza del mundo porque toreo Morante y el Lili tira dos para meter cizaña. Se produce la sustitución de Manzanares y la elección del Cid provoca un cisma. Y Madrid vuelve a conceder una oreja barata por una faena despegada, de pico y solo por un pitón a un buen toro de Juan Pedro. ¡Como están los toros bravos que hasta se dejan montar por los cabestros!

Julio Aparicio ha tenido muy mala suerte hasta, que llegó a la feria nadie se había osado echar el capote a la verónica. La cosa prometía teniendo en cuenta que ayer cortó dos orejas en Nîmes. Pero nada más en los primeros compases de la faena el toro jabonero le tropieza, Aparicio se cae en la cara y el toro lo ensartó con el pitón derecho por la mandíbula inferior destrozándole la lengua, los dientes y hasta el paladar. Un comienzo de corrida horrible.

La cosa se quedó en un mano a mano y se corrieron los turnos al tener que matar Morante el toro de Aparicio.

El Cid sustituyó a Manzanares y provocó un revuelo entre los aficionados que amenazaron con salirse en el tercer toro y volver al cuarto. La cosa no iba con el Cid a quien se respeta en esta plaza. La cosa iba con quienes provocaron esa sustitución, que podría ser más o menos injusta. Por ejemplo Arturo Macias podría haber sido el elegido. Al Cid le vino la cosa bien y el desarrollo de los acontecimientos también. Mató por ello tres toros. Con el descastado segundo se pegó un arrimón para demostrar valor, después de haber sido volteado por el toro, que posiblemente estuviera reparado de la vista. Con el sobrero de Gavira que hizo cuarto y que fue bueno y encastadito no estuvo bien, siempre al hilo del pitón, toreando en línea pero no sometiéndolo cuando lo pasó por el derecho. Dos tandas por la izquierda, una aseada y la otra a menos, y unos finales de adornitos y feos ayudados. Y con el toro de la oreja, uno bueno de Juan Pedro, pico, más pico, despegado y tan solo cuando se cambiaba de mano la muleta los de pecho lucían. Por el pitón izquierdo no se centró.

Morante de la Puebla en el único toro que le vi, (en su primero, tercero de la tarde, hice huelga), anduvo voluntarioso. Era un sobrero de Mari Carmen Camacho, impresentable para Madrid, al que se decidió a torear a la verónica, que no quiere decir que lo hiciera bien. Fueron eléctricas y despegadas. Con la muleta solo decidido porque el animal se paró.

Los toros anunciados de Juan Pedro terciados, chicos, salvándose por la cara, justos de fuerza, inválidos como el cuarto que fue al corral y lo sustituyó uno de Gavira chico y vareado. En quinto lugar echaron al corral el de Juan Pedro porque el Lili lo tiró al suelo, igual que hizo con el de Gavira segundo sobrero, saliendo finalmente el de Camacho.

¡Aquí paz y allí gloria!

FICHA:
San Isidro. Aparicio aparatosamente cogido de gravedad.
Cuatro toros de Juan Pedro Domecq (el tercero no lo vi por huelga), terciado el primero, anovillado el segundo, sexto terciado. Manejable el primero, descastado y peligroso el segundo, sexto bueno. Cuarto sobrero de Gavira, chico pero bueno y encastado. Quito sobrero bis de Mari Carmen Camacho, impresentable, avacado, descastado que se para. Julio Aparicio, cogido, remata el toro Morante de la Puebla. Morante de la Puebla, en el que le vi, pinchazo, macheteo estético, otro pinchazo y media atravesada, (silencio). El Cid que sustituía a Manzanares, dos pinchazos y media estocada, (aplausos). Estocada corta, trasera baja, atravesada, (división). Estocada, (oreja).

Se desmonteró Otero tras parear al primero, por cumplir su obligación. Y González y Llaverito de la cuadrilla de Aparicio hicieron lo propio por dos buenos pares de banderillas al sexto.