Cogida de Pablo Saugar "Pirri" en 2017. Foto de la RED
El peón de brega o subalterno es muy necesario en la fiesta de los toros. AYUDAN al matador a echar "palante" el festejo contratado. Insisto, le ayudan.
Su oficio bien aprendido se pone al servicio del torero que le paga y se le permite el lucimiento, porque hay muy buenos subalternos, siempre que el torero, que manda, se lo permita, o mejor aún, siempre que el propio subalterno estime, en conciencia, que puede hacerlo para no demeritar al matador al que sirve.
Y he aquí la cuestión.
En estos tiempos del toreo moderno la lidia ha mejorado tanto que todos los integrantes de la cuadrilla están muy bien preparados y todos los matadores quieren llevar en sus filas a los mejores. Los mejores a veces (los menos humildes) quieren lucirse a toda costa dejando ver sus facultades y su oficio y por ello reciben las ovaciones del respetable que como es lógico quiere un espectáculo integro, puro y emocionante, porque emoción hay en la suerte de varas cando se hace correctamente y emoción hay en la suerte de banderillas cuando se da todo en ella. Sin embargo en la mayoría de las veces no hay tanta emoción en las faenas de muleta, por mil motivos, pero no la hay.
Yo he visto en Sevilla a Martín Recio lidiar un toro de tal manera que le dieron una fuerte ovación. Al día siguiente, José Miguel Arroyo, a cuyas ordenes trabajaba, lo despidió.
Soy espectador y en una corrida de toros no quiero que se me hurte nada, por eso pago una entrada. Pero entiendo el papel que cada profesional debe tener en este espectáculo y en función de ello y del toro juzgo, y me quedo con lo bueno y critico lo malo, pues la crítica no se hace para dañar, sino para mejorar.
Yo he visto a muchos buenos profesionales recibir ovaciones más importantes que las que reciben los matadores de toros, simplemente porque ellos no pudieron o no supieron estar mejor que los subalternos. Por eso este oficio es el de la humildad. Hay que saber estar, y saber hacer, y lo que se haga que sea siempre en beneficio del matador con quienes vayan contratados. Que sean capaces de mentir ante un toro bueno para que el matador quede siempre por encima de ellos. O quedar importantes porque el matador queda importante. Es esa difícil facilidad de ser torero y hombre, por eso los subalternos silenciosos son los más cotizados, son los que no hablan, no se pavonean, solo están a las ordenes del matador, para un día bueno y para un día malo.
Y por cierto, peligro tienen todos por igual cuando sale el toro al ruedo, y si no a la foto me remito.
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