MADRID. ESPADA SE QUEDA CON LOS SEIS.

MADRID. FERIA DE SAN ISIDRO 2015.
NOVILLOS DE EL MONTECILLO Y DOS REMIENDOS DE DOLORES RUFINO PARA MARTÍN ESCUDERO, NUEVO EN ESTA PLAZA. FRANCISCO JOSÉ ESPADA Y JOAQUÍN GALDÓS.

ESPADA SE QUEDA CON LOS SEIS
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio.

Inimaginable al comenzar el festejo lo que depararía la tarde. Francisco José Espada se quedó solo ante los seis novillos por percances duros de sus compañeros. Escudero y Galdós fueron cogidos con aparato y en sus caídas los cuellos se torcieron y fueron causa del desmayo y la inoperatividad de su trabajo. A la enfermería, a estudios radiológicos, pero al toro. Y esta fue la causa de que el madrileño Espada matara seis.
En realidad la novillada incluidos los remiendos fueron novillos mal hechos, mal proporcionados, grandes pero sin trapío, y luego salieron con su aquel. Los del Montecillo, primero embistiendo a su aire, tercero no pasaba, cuarto se dejó, y quinto bueno. Los dos de Rufino, segundo se movió sin peligro, y el sexto bueno a menos.
Francisco José Espada a medida que iba pasando la tarde, iba entrando en la tarde, a medida que se sucedían las faenas, se sucedían los muletazos, y a veces hasta buenos. Todo en un conjunto estuvo bien. Sobre todo la emotividad de por qué había llegado hasta ese punto. Y por eso le dieron una oreja en el cuarto. Pero estar, estar bien, no estuvo el chaval. Aprobó por los pelos en una cátedra exigente como es, debe ser la de Madrid.
Al primero solo se limitó a matarlo mal. Al segundo no le bajó la mano. Porfió y aprovechó los viajes que es como torear cómodo. Con el tercero solo estuvo voluntarioso. El novillo fue pitado. Al que le cortó la oreja lo toreó al hilo del pitón. Le pegó algunos naturales sin mando, descolocado y para levantar pasiones al hilo de las tablas cuando se rajó. En el quinto comenzó a enterarse de lo que tenía entre manos. Mas entonado, mas ordenado, mas centrado. Dio una vuelta al ruedo por una estocada baja. Y en el sexto que fue el novillo de mas calidad, se acopló mejor, toreó con mas ritmo, con cadencia y al final se pegó un arrimón siendo volteado también. Mató muy mal y por eso no lo sacaron por la puerta grande.

Raúl Adrada puso un par de antología en el sexto.
Se guardó un minuto de silencio por la reciente muerte de Sanchez Bejarano, antes de deshacer el paseíllo.

¡Aquí paz y allí gloria!