ALMERIA 07. NP. LA QUINTA, 3º y 4º buenos. RUBEN PINAR, oreja en el lote, puerta grande. ALEJANDRO CARMONA, ovación y división de opiniones. FRANCISCO GARCIA, palmitas y silencio.
CARTEL TRAMPA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
En el toreo hay duendes. Se sabe. Y los duendes mueven las cosas cuando no estamos o nos despistamos. Mira uno para el otro lado, y ya no está la botella, pongamos por caso, o una ganadería, que es cosa que también puede mudar un duende de sitio. Con más propiedad, de cartel. Se dijo que para la feria iban a repetir Ángel Teruel y Yerbabuena, que estuvieron bien el pasado año. Y cuando presentaron los carteles de Almería de lo que se dijo nada. Cambian la ganadería por la de la Quinta y a Teruel por dos chavales de la tierra. Que dos chavales poco placeados toreen novillos de La Quinta puede ser un arma de doble filo pero con punta porque lo que menos puede ocurrir es que triunfen. Lo que más seguro se tiene es que fracasen. Verán, si a los novillos les da por embestir y los chavales no están preparados, los novillos estarán por encima de los novilleros y no se hablará de ellos, más que, que no le han podido. Se les han ido, dicen. Y si resultan salir correosos como corresponde a lo de procedencia Santa Coloma, como no están preparados pues los novilleros no saben torear a estos novillos. Como se ve, por todos los sitios les pilla en tren. De manera que cabe pensar en que este que abría la feria de Almería era un cartel trapa. ¿Me pones al niño?, si te lo pongo. Pero la ganadería es esta que va a estar mejor. Lo que usted mande y agradecido. Nadie podrá decirle al empresario que no ha puesto a los toreros de la tierra. Pues eso. Calla bocas y les da la presentación y la despedida.
Este mismo fue el caso de Carmona, que le toca el distraído segundo con el que estuvo aseado y con el quinto, un manso integral, se corrió la voz que burriciego, nada pudo hacer. Sin pena y sin gloria no se hablará del novillero.
El otro caso claro fue el de Francisco García que no entendió al encastado tercero y con el también manso sexto nada pudo demostrar, luego otro que dirá aquello de la película que nadie se acordará de él cuando haya muerto.
El único al que se le vio con tablas fue a Rubén Pinar, que puso pares de banderillas en ambos, calcados los del primero y los del cuarto: de poder a poder, de dentro a fuera y al quiebro, con desigual colocación y principal empeño. Entiende al primero por el pitón izquierdo y en alguna serie al natural y al cuarto lo trasteo con aseo y suficiencia. Se oía por las esquinas que este chaval si tiene futuro en esto. De los otros se duda. Aunque Carmona puede ser un teórico de esto. Dijo a Onda Cero: “la bravura mal administrada puede convertirse en genio” y se quedó descansando.
Los novillos de La Quinta desigualmente presentados, descastados, manso el quinto. Tercero mansito encastado que mete la cabeza y sigue la muleta. Cuarto bueno, se deja con claridad.
¡Aquí paz y allí gloria!
CARTEL TRAMPA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
En el toreo hay duendes. Se sabe. Y los duendes mueven las cosas cuando no estamos o nos despistamos. Mira uno para el otro lado, y ya no está la botella, pongamos por caso, o una ganadería, que es cosa que también puede mudar un duende de sitio. Con más propiedad, de cartel. Se dijo que para la feria iban a repetir Ángel Teruel y Yerbabuena, que estuvieron bien el pasado año. Y cuando presentaron los carteles de Almería de lo que se dijo nada. Cambian la ganadería por la de la Quinta y a Teruel por dos chavales de la tierra. Que dos chavales poco placeados toreen novillos de La Quinta puede ser un arma de doble filo pero con punta porque lo que menos puede ocurrir es que triunfen. Lo que más seguro se tiene es que fracasen. Verán, si a los novillos les da por embestir y los chavales no están preparados, los novillos estarán por encima de los novilleros y no se hablará de ellos, más que, que no le han podido. Se les han ido, dicen. Y si resultan salir correosos como corresponde a lo de procedencia Santa Coloma, como no están preparados pues los novilleros no saben torear a estos novillos. Como se ve, por todos los sitios les pilla en tren. De manera que cabe pensar en que este que abría la feria de Almería era un cartel trapa. ¿Me pones al niño?, si te lo pongo. Pero la ganadería es esta que va a estar mejor. Lo que usted mande y agradecido. Nadie podrá decirle al empresario que no ha puesto a los toreros de la tierra. Pues eso. Calla bocas y les da la presentación y la despedida.
Este mismo fue el caso de Carmona, que le toca el distraído segundo con el que estuvo aseado y con el quinto, un manso integral, se corrió la voz que burriciego, nada pudo hacer. Sin pena y sin gloria no se hablará del novillero.
El otro caso claro fue el de Francisco García que no entendió al encastado tercero y con el también manso sexto nada pudo demostrar, luego otro que dirá aquello de la película que nadie se acordará de él cuando haya muerto.
El único al que se le vio con tablas fue a Rubén Pinar, que puso pares de banderillas en ambos, calcados los del primero y los del cuarto: de poder a poder, de dentro a fuera y al quiebro, con desigual colocación y principal empeño. Entiende al primero por el pitón izquierdo y en alguna serie al natural y al cuarto lo trasteo con aseo y suficiencia. Se oía por las esquinas que este chaval si tiene futuro en esto. De los otros se duda. Aunque Carmona puede ser un teórico de esto. Dijo a Onda Cero: “la bravura mal administrada puede convertirse en genio” y se quedó descansando.
Los novillos de La Quinta desigualmente presentados, descastados, manso el quinto. Tercero mansito encastado que mete la cabeza y sigue la muleta. Cuarto bueno, se deja con claridad.
¡Aquí paz y allí gloria!
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