NEK ROMERO CON EL SEXTO DE LA CERCADA ( foto de la web de la COPE)
Transcurría la tarde lenta y aburrida entre novillos descastados y vacíos y novilleros quiméricos, cuando saltó a la arena de Valencia el torito verdaderamente bravo del encierro que cayó en la muleta de Nek, un joven recio de dos cuerpos y de una localidad que recuerdo entrañablemente, Algemesí, porque mi admirado Vicente Ramón Ortega (mecenas de mi vida) era de allí y siempre me mandaba los carteles de su feria de novilladas con orgullo y pasión.
De esta tierra valenciana llegó ese aire de frescura novilleril que nos sacó de la plúmbea tarde.
Cortó una oreja a este sexto, un novillo bravo, noble, sin malos modos que se dejó torear ampliamente y que Romero lo aprovechó toreándolo de capote con más o menos acierto y comenzado la faena ligando los muletazos hincado de rodillas. Luego los naturales fueron exquisitos, y debían estarle las zapatillas pequeñas porque optó por quitárselas aún estando la arena seca, ¡tonterías de la juventud!, luego en el toreo en redondo bajó la mano hasta que su muleta hizo surcos en la tierra valenciana que tanto bueno nos provee.
No es que bordara el toreo, no es que tuviera técnica depurada, no es que su concepción de la faena, o incluso de su propia personalidad artística estuviera cerrada, definida, consolidada. Era justamente eso era lo que le hacía distinto a mis ojos, sus errores de colocación que resolvía con inteligencia, su no saber estructurar aquello que se le venía encima en embestidas, a Dios gracias, bonancibles, porque me dio la impresión de estar delante de un chaval que quería ser torero, porque de donde veníamos, de Jorge Martínez y de Mario Navas, ambos nuevos en esta plaza, era del aburrimiento de creerse sabios de la tauromaquia.
El tercer novillo que no tenía ni un pase, quizás algo por el izquierdo, fue descastado y arisco, le dio un pitonazo en la pierna derecha a Nek Romero del que parecía sangrar, y el novillero de Algemesí contrarrestó con unos naturales de buen trazo. Igual que en el sexto, en este fue avisado y dio una vuelta al ruedo.
Jorge Martínez toreó bien con la izquierda y en general estando sobrado, al primer novillo remiendo de Núñez de Tarifa que fue tardo pero noble saliéndose de los engaños distraído. Fue avisado. Con el cuarto que no se empleó y se rajó estuvo voluntarioso y pezorro.
Mario Navas en el segundo, un novillo que se acabó en los dos primeros tercios y que a la muleta llegó bonancible pero sin emoción, hizo una faena de acompañamiento que no decía nada. En el quinto estuvo valiente y detalloso con un novillo que arreaba, arisco y rajado. Dio vuelta.
La novillada de La Cercada, procedencia Daniel Ruíz y Garcigrande vía El Freixo, desigualmente presentada con un quinto avacado y un sexto muy bien presentado, descastada, excepto el sexto. Con un remiendo impresentable de la ganadería de Núñez de Tarifa soso y aburrido.
Víctor del Pozo de la cuadrilla de Nek Romero puso al tercer novillo el mejor par de banderillas que yo haya visto en estos últimos años, por su ejecución, colocación y riesgo, saliéndose de la cara del animal mirándole a los ojos. Un portento de par para enseñar a los alumnos de las escuelas taurinas.
¡Aquí paz y allí gloria!
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