17 julio 2023

MADRID. PLAZA DE LAS VENTAS 16 DE JULIO DE 2023. UN BRAVO TORO DE MARGÉ HIERE A FRANCISCO JOSÉ ESPADA EN UNA TARDE EN LA QUE SE CONSOLIDA BORJA JIMÉNEZ Y JOSÉ FERNANDO MOLINA EXPONE SU TOREO CLÁSICO.

 

       El quinto toro hiere de gravedad a Francisco José Plaza. 

Estuvo marcado con el número 158 y pesó 550 kilos. De presencia correcta para esta plaza fue como todos los demás toros culipollo (sin rematar por detrás). Una máquina de embestir por el pitón derecho y por el izquierdo con pies pero de buenas embestidas. Un toro encastado al que había que hacerle bien las cosas porque si no, cualquier error, podía pagarse caro. Y así fue. Francisco José Espada tuvo problemas para encontrarle la distancia y procurar sus embestidas y aunque el chaval puso valentía, voluntad y casta se equivocó, se metió en la distancia corta y el toro no le perdonó al final de la faena, lo cogió de una forma fea e hiriente como solo lo hacen los toros que muestras las cornamentas cornivueltas y cornipasas pues en su afán por hacer presa necesitan humillar más para coger carne y en tres derrotes al viento, hiriendo en cada uno, el torero yacía, casi muerto, herido, en la arena madrileña. Remató a este toro el director de lidia Borja Jiménez.

En el tercer toro, basto y grande, que cumplió bien en los primeros tercios, Espada estuvo muy firme, dispuesto y dándolo todo ante un burel que se movió pero que se quería ir. Rebrincado, derrochó genio. Dio el torero vuelta al ruedo después de ser avisado.

La ganadería francesa de Robert Margé (encaste Núñez del Cuvillo) que tomó antigüedad ayer día 16 de julio estuvo desigualmente presentada y resultó correosa para los espadas. Cumplidores en los caballos, desconcertantes en banderillas y en la muleta nada fáciles por irregulares en sus embestidas. Al quinto se le aplaudió en el arrastre.

José Fernando Molina que confirmaba la alternativa, me dio una grata impresión por lo que se le adivina, con un toreo reposado, ortodoxo que bordeaba lo clásico me convenció.

Con el primero que peleó bien en varas pero con el que los banderilleros en el segundo tercio dieron un mitin y que llegó a la muleta bueno y de atemperadas embestidas, demostró sus buenas maneras y a pesar de algunos enganchones el conjunto del trasteo fue interesante, dos avisos y muy mal con la espada.

Con el que cerraba plaza, un impresentable toro para Madrid, sin cara y sin rematar, que tuvo pies pero que tenía las embestidas por las nubes y que se vino a menos, estuvo muy aseado, templando los muletazos y haciendo el mejor toreo al natural de la tarde. Aviso. Y otra vez muy mal con la espada.

Borja Jiménez consolidó en la tarde de ayer su cartel en Las Ventas. Abrió las dos faenas en maestro. La primera con trincherazos, la segunda genuflexa la figura y en ambas sacándose los toros a los medidos. El toreo de capote fue el mas estético y efectista.

Su primer toro, segundo de la tarde por ser el oficiante de la confirmación, que tenía aspecto de búfalo llegó con pies al trasteo, pero se quedaba corto y se rajó pronto. Aquí estuvo muy firme y dispuesto, pisando unos buenos terrenos y viendo bien al toro. fue avisado.

Con el cuarto, de buena presencia y berreón, embistió con pies y encastadamente pero calamocheando por el pitón derecho y finalmente yéndose en los trasteos por el izquierdo. Borja ligó los muletazos de cada tanda aunque descargando la suerte y poniendo en el toreo al natural más voluntad que eficacia debido a las condiciones del burel. Fue avisado y dio vuelta al ruedo.

La ejecución de la suerte suprema (fuera de la modernidad que significa "cuando él lo vea") se ejecuta en corto y por derecho y haciendo la cruz , porque quien no hace la cruz, el diablo se lo lleva. Borja se perfila muy largo y pierde un tiempo precioso hasta llegar a la cara del toro, que lo ve y le franquea el paso con la posibilidad de llevarse un disgusto. El señor padre de Espartaco debía tomar cartas en el asunto como las tomó con su hijo, que cuando fallaba matando un toro, esa misma noche lo ponía a practicar la entrada a matar en el carretón, hasta que caía rendido de madrugada. Y es que cada éxito depende de un gran sacrificio y esfuerzo.

¡Aquí paz y allí gloria!


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