PARTIDO DE RESINA
El toro de esta ganadería es de pelo cárdeno y negro. Es un animal con un desarrollo muscular más pronunciado en la parte del dorso, del lomo y del tercio posterior. Su piel es fina y su hueso recio. De pecho ancho, de patas y manos cortas que le dan buenos aplomos. De culata fornida. La cabeza en proporción al cuerpo es pequeña con un hocico chato y de frente carifosca o de pelaje rizado.
Las cornamentas de estos toros suelen ser muy armónicas pero no excesivas, se podría decir que son de longitud media. En conjunto es un toro bonito y reunido, de una gran belleza. Es el toro guapo por excelencia.
La ganadería del Partido de Resina está encuadrada dentro de la casta Gallardo, encaste de Pablo Romero, que fue su fundador. En realidad los orígenes hay que buscarlos en las vacas jijonas y sementales de Cabrera que reunió para su conformación como ganadería el señor Barbero, teniendo también una porción de sangre que agregó de la ganadería de principios del siglo XIX de Núñez de Prado. En el año 1870 la compra Rafael Laffitte y en 1885 Felipe de Pablo Romero compra parte a Carlos Conradi que la había adquirido a Laffitte ese mismo año.
CARACTERISTICAS
Los toros cárdenos de esta ganadería abarcan un amplio abanico que va desde los cárdenos claros hasta los cárdenos oscuros y los negros mulatos y entrepelados. El torero debe estar con este toro hondo, muy dispuesto siempre. Aquel que se prevenga es absorbido inmediatamente por la listeza del animal. El toro de Partido de Resina debe ser comprendido con rapidez por el lidiador y no andarle por la cara ni sobándole. Es frecuente ver en la ganadería animales en general bajos de agujas. Es decir que mirándolos de frente se les ve la penca del rabo.
HISTORIA
Esta ganadería se presentó en Madrid el 8 de abril de 1888, tomando desde entonces la antigüedad. Según algunos autores la diversidad de sangres en su origen fue homogeneizada por un Santa Coloma en los primeros tiempos de la familia de Pablo Romero. En los años sesenta del siglo pasado en plena psicosis del afeitado al ganadero se le quedaron en el campo cuatro corridas de toros. Los animales estaban destinados al matadero en un alarde de honradez. Sin embargo fue Antonio Ordóñez al enterarse cuando se ofreció, consiguiéndolo, matar las cuatro corridas.
Jaime de Pablo Romero fue el último de la familia que tuvo en su poder la ganadería. Su lucha dentro, consiguiendo elevar el prestigio de su hierro y fuera, intentando salvarla económicamente, sufrió una decepción al no dar su fruto la Fundación de Pablo Romero y verse obligado a desprenderse en el nombre de Partido de Resina, propietarios actuales, de un hierro y sangre de abolengo en la historia de la ganadería brava española.
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