FERIA DE ABRIL. EL PUERTO: de irreprochable presentación. VILCHES: saludos desde el tercio en el lote, avisado en el cuarto. GALLO: silencio en los dos. CAPEA: silencio en el lote.
NO ERA UN TENTADERO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Se daba en La Maestranza una corrida de salmantinos con un invitado de Sevilla y aquello parecía que habían ido a un tentadero. ¡Figúrense, un tentadero en La Maestranza!
Fraile ha echado un corridón de toros en presentación y de variado juego, como deben ser las corridas para que no se conviertan en monólogos de burras y en divertimento de orejas. Toros con sus tonterías de mansitos pero para haberles cortado las orejas por lo menos a la mitad. Sin embargo los matadores los trataron como a becerras en tentadero. Arreándolos con la voz, fustigándolos con la muleta, lambreándolos con los capotes. ¡Ya digo como en tentadero en casa de ricos!
Así pareció estarlo El Gallo que maltrató al mejor toro de la tarde, un toro bueno por ambos pitones que venía de cubrir los dos primeros tercios con suficiencia, pero al que le dio por gritarle, ¡como si el toro fuera sordo, oiga!; y por no darle ni un muletazo bueno. Despegado, sin fajarse, abusando del pico, y por el izquierdo, que iba donde quisiera llevarlo, no sabía hacerlo, pero es que con el sobrero no pasó de aseado. Todo ello en el mejor lote de la tarde. ¡Pues si esto fue con el mejor lote, adivinen el resto!
El tercer toro tuvo mala suerte en el sorteo, le tocó un torero aburrido que terminó aburriendo las buenas embestidas del animal que como es natural en estos casos fue de más a menos. ¿Dicen falta de casta?, no seré yo quien niegue tal posibilidad, pero también diré, con el mayor cariño posible, tengo mucho respeto por su padre, que el vástago del Niño de la Capea no imprimió profundidad a los muletazos, lo llevó y lo trajo por el derecho a placer cuantas veces quiso, pero no se apretó con el, y es verdad que por el izquierdo, en sólo una tanda vimos como se paró, tardó en embestir y cuando lo hizo se quedó corto. El ultimo, garbanzo negro, soso a más no poder. Se rajó pronto y no hubo opciones.
Vilches, el invitado en su propia tierra, fue el único que se justificó por lo menos con el cuarto porque poniendo mucho de su parte hizo crecer la faena aunque ayudado de las artes de tentadero como son la voz y la distancia. No la distancia del cite, sino la que va de la faja a la sangre del toro. Con el que abrió plaza, muy dispuesto también, porque se fue a tablas, rehuía la pelea y embestía con las manos, se iba cuando veía puerta y cuando le daba por embestir no terminaba los viajes. Por el izquierdo se tragó tres buenos, pero después con la manía del punteo enganchaba el trapo.
Los toros, bien presentados, en conjunto la corrida más pareja de las vistas hasta ahora, cumplieron en varas mintiendo. Decían que querían ser bravos pero luego se arrepentían. Y a la muleta llegaron, el primero defendiéndose, segundo y sobrero quinto, buenos. Tercero de más a menos. Cuarto manejable. Sexto se rajó. El quinto fue devuelto porque doblaba bastante las manos. No se sabe si era por disfunción motriz, o porque el toro no le cogió el aire al albero. De todo un poco.
¡Aquí paz y allí gloria!
1 comentario:
Acaba de nacer –El blog del Manifiesto de los Aficionados– para sumar adhesiones a la iniciativa de un grupo de aficionados a los toros que reclaman una fiesta íntegra, auténtica y justa.
Publicar un comentario