30 abril 2007

HONOR PARA UN MIURA

FERIA DE ABRIL. MIURA: segundo vuelta al ruedo. FUNDI: oreja y ovación. PADILLA: saludos desde el centro del ruedo y ovación. VALVERDE: ovación y palmas.

HONOR PARA UN MIURA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Salía Padilla al centro del ruedo maestrante a saludar después de haber dado lidia y muerte al segundo toro de la tarde, de la miurada, que se llamó Morisco. Antes se le había dado la vuelta al ruedo con todos los honores. A Padilla, conociéndolo, los gatos le arañaban la barriga porque le dieron vuelta a un toro al que no le había cortado una chulla oreja. Claro que a Padilla le arañaban la barriga porque su desmedido orgullo le impide reconocer que anduvo como la chata en su trasteo. Hubo más toro que torero y tan vulgar fue que no estuvo a la altura de lo manejable que fue el burel por los dos pitones. Vulgar y vasto, porque Padilla es un torero vulgar donde los haya y para salir de esa vulgaridad necesita arroparse de otros buenos toreros, lo cual no está mal, y de elegir vestuario anticuado casi rayano en la ridiculez para aparentar algo y llamar la atención ya que con el toro lo único que le apreciamos son carencias. La vuelta al ruedo de este toro podrá ser discutida, como casi siempre ocurre, engrandeciéndose la fiesta por la diversidad de criterios y opiniones, pero yo vi a un toro perfectamente conformado, tanto que no estaba en el tipo de lo de Miura, que fue ovacionado por su presentación, que derribó al picador empujando por derecho, sin un cabeceo, en la primera vara y que fue pronto a la segunda, empujando otra vez y cobrando la ira del picador agraviado que se ensaña con el. Padilla le hace un quite vistoso por faroles y compartiendo palos con Fundi solo el tercer par fue bueno, los otros pasados de cabeza. Que un Miura como este en la muleta también fuera noble y bueno, ya era el san acabose. No era un Miura, parecía un Núñez y aunque me pareció muy encastado, en bravo, no creo que en la muleta mantuviera en mi libreta de notas, la de bravo. Tuvo su geniecillo y su temperamento y a veces no tanta fijeza como parecía tener. Pero no seré yo quién le niegue el honor de la vuelta después de ver lo que muchas veces vemos por ahí… y aquí también. Si con este toro de orejas, Padilla no se coscó, el asunto quiso remediarlo en el quinto y no pudo. Verán: tragantones, portagayola, enganchones, arreones, más revolcones, ahora me pongo, ahora me encasquillo, ahora me dejo pegar otro. El toreo y el circo, ambos espectáculos son emocionantes, quizás, los dos, con la misma verdad pero lo del jerezano en este toro ha sido un derroche de inútil valor si valor es querer y no poder haciendo del toro más malo de lo que era, que no era nada bueno.

Valor de verdad, el torero de Salamanca que se puso en el sitio exacto donde su lote, el peor, pudiera embestir. Valverde lo consiguió con cuenta gotas, mas en el sobrero tercero que en el que cerraba plaza al que le sacó los muletazos que pudo pero no pudieron ser limpios. Con ese sobrero al que fue capaz de torearlo de capote, que hizo sonar el estribo, al que Fundi le hizo un quite perfecto de dos delantales y una media y que en banderillas cortaba y echaba la cara arriba, Javier Valverde lo toreó al natural con las reservas oportunas pero arrancándoselos con firmeza. Con la derecha igual, quizás el merito de la faena amén de exponerle fue los toques acompasados de muleta en el cite y de la voz. Mató muy mal y la gente no le echó cuentas a las orejas.

El Fundi hizo las cosas bien hechas durante sus dos actuaciones cobrando en el primero la estocada de la feria de ejecución y de colocación. Esa estocada debería tener premio y nada más que por ella, la oreja que se llevó. Hay que alabarle su voluntad y entrega. Toreando cuando podía hacerlo, pitón derecho del primero, algunos a este toro por el izquierdo y tonel cuarto cuando toreando cuando se dejaba y lidiando cuando no. Una actuación muy valorada del madrileño.

La corrida de Miura correctamente presentada en el encaste, menos el segundo que tenia otra estructura morfológica distinta, esa que dicen los toreros que no falla para embestir. El tercero devuelto por renqueante de los cuartos traseros. Mansurrona para el caballo, segundo en bravo, y que a la muleta llegaron: Manejable el primero, bueno el segundo, deslucido y peligroso el tercero. Cuarto y quinto, unos marrajos. Y el sexto se paró sin solución de continuidad.

¡Aquí paz y allí gloria!

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