Una miurada en Las Ventas previsible se ha corrido en la tarde hoy. Previsible menos por la justeza de fuerzas en algunos toros, que de haberlas tenido hubieran sido grandes toros.
El primero muy bien presentado fue aplaudido de salida y pitado al arrastre. Muy justo de fuerzas se dejó pegar en varas y a palos acudió cansino y esperando. En la muleta un marmolillo. Sin fuerzas. Rafaelillo nada pudo hacer y lo que hizo fue matarlo mal.
El cuarto tampoco tuvo fuerzas. Se gastó en la suerte de varas y en banderillas tuvo dos arrancadas con la cara arriba. Llegó a la muleta noble con fijeza acusó las fuerzas y se paró. Por el izquierdo no tuvo ni un muletazo. Rafaelillo se gustó en el trasteo y nada más se puede decir del empeño de este veterano torero que no tuvo material.
El segundo del encierro vareado, se tapaba por la cornamenta que lució. Fue recibido con palmas y fue despedido con pitos. Sin fuerzas demostradas en los dos primeros tercios. Luego en la muleta, noble, se dejó por ambos pitones. Insisto, sin fuerzas. Juan de Castilla que fue recibido al romper el paseíllo con palmas, hizo labor de enfermero. Muy centrado y con sitio. Mató mal.
El quinto un toro terciado, saltó dos veces al callejón y amagó una. Se rompió quedándose sin fuerzas. Peleó en bravo en el caballo y a las banderillas llegó echando la cara arriba y con poco viaje. Se dejó en la muleta, de corto recorrido, pero humillando con bondad. Luego a causa de las pocas fuerzas a menos todo. Juan de Castilla, de Colombia, lo cogía de largo y lo llevaba. Dio buenos naturales y se justificó. Estocada caída.
Jesús Enrique Colombo de Venezuela pone banderillas, y las puso bien en el tercer toro. Con verdad y con seriedad. El toro se dejó en varas pero a banderillas llegó enterándose y dejándose en la muleta ampliamente. Al arrastre palmas. El chaval estuvo muy digno, tomando bien las distancias aunque a veces despegado. Mató mal.
El sexto fue aplaudido de salida. No se empleó en varas y a banderillas llegó con muchos pies. Cara arriba y sin entregarse. Remiso en las embestidas a la franela y a la voz hasta que se quedó sin viaje. El venezolano Colombo tuvo altibajos con los palitroques pero con la muleta anduvo muy firme y con mucha dignidad ante tan difícil toro.
¡Aquí paz y allí gloria!
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