22 mayo 2013

UN TORERO BRAVO Y UN TORO ENCASTADO.


Cogida de Fandiño en Las Ventas. Foto de mundotoro.com

SAN ISIDRO 2013. CORRIDA DE LA PRENSA.
UN TORERO BRAVO Y UN TORO ENCASTADO.
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Iván Fandiño nos ha hecho sentir toreros a todos los que lo hemos visto esta tarde en Las Ventas. Si torero es sentirse, es hacerlo, es pregonarlo, y además todo lo que se hace se hace regándolo con sangre, entonces este inconmensurable vasco es una figura del toreo, enseñándonos que aún quedan hombres recios, hombres bragados y serios, que solo tienen una palabra. ¡Cuantas veces echamos mano de los aforismos típicos! “en plazas como la de Madrid, si uno no es capaz de salir por la puerta grande ha de salir por la de la enfermería” Fandiño se la aprendió bien, solo que esta tarde si no es cogido, la puerta de Madrid hubiera sido suya, pero su total entrega, su ortodoxia, su verdad torera, le ha llevado a la enfermería como los toreros grandes. Y créanme, después de ver esos siete minutos de faena y de tragedia, el resto de la corrida sobró. Ya nada tuvo importancia. Porque Luque se justificó echándole la culpa a los toros y porque El Cid, si se retirara a descansar, tampoco lo echaríamos de menos. Los toros de Parladé, mansotes en los dos primeros tercios, se dejaron en bravo el segundo que hirió a Fandiño, el cuarto bueno, y los dos últimos a menos. En líneas generales y con sus matices una corrida de Parladé intensa.

El primero, burraco que salió escarbando y que no se empleó en el capote, se dio vuelta de campana sobre el cuerno derecho. Entró al caballo también sin emplearse y se paró nada más salir del peto. Luego arreó al salir de los pares de banderillas. En la muleta fue incierto, pero humilló embistiendo con genio. A veces se paraba y se quedaba corto. No le dejó acoplarse al Cid. Estocada. Descabello.
El cuarto también se dejó torear en el capote y El Cid aprovechó. Aseado el quite del sevillano. Luque quitó aseadamente también. Muy limpios estos dos matadores. Se dejó banderillear doliéndose. Alcalareño se desmonteró. El Cid brindó al público. El toro se venía de lejos galopando. El torero de menos a más no terminó de redondear.  Por el izquierdo perdió fuelle la faena y la gente se enfrió. Después de haber visto la verdad de Fandiño es difícil tragar la vulgaridad. Estocada tendida.
El sexto que debió ser quinto y que mató El Cid se dejó en los lances de recibo y lo  capoteó por delantales. Se repuchó en varas el burel. Se dejó en banderillas. Brindó a la cuadrilla de Fandiño entre una cerrada ovación del respetable. El toro noble se dejó a menos aburrido por la abulia del Cid. Pinchazo, estocada.
El segundo, acudió al capote de Fandiño con pies que le enjaretó un ramillete bueno de verónicas abrochadas con una media abelmontada en exagero. Se dejó en varas. Quitó Luque por delantales. Se dolió en palos y berreó pero cumplió con suficiencia. Abrió el vasco por estatuarios y abrochó con trinchera. Embistió bien Grosella al galope, y el matador lo cuajó por el pitón derecho. Citó de lejos y galopó el toro. Por el izquierdo  siempre galopando pero con menos fijeza. Fandiño siempre en el sitio, colocado y cruzado. Quizás le faltó una serie de abroche por bajo para ahormar mejor la cara para la muerte. Pinchazo. Estocada entregándose saliendo corneado. El toro bravo ovacionado al arrastre. Oreja. La más importante del ciclo y de muchos ciclos isidriles. Se la llevan a la enfermería la cuadrilla.
Daniel Luque. Foto de archivo
 El tercero derriba al picador Carioca. No se empleó en el caballo y en banderillas arreó con furia. Al público brindó Daniel Luque. El toro se quedó corto calamocheando y embistiendo descompuesto. No hay acople. Estocada buena.
En quinto lugar se lidio el sexto. Se corrió el turno por la cogida de Iván Fandiño. Se fue  del caballo suelto. El quite de Luque zarrapastroso. Le tapan la salida en el segundo puyazo. Esperó en banderillas. Luque no se centró, se quedó descolocado y citó fuera de cacho. La faena no llegó a romper pese a la nobleza del toro. Media. Descabello.
¡Aquí paz y allí gloria!

No hay comentarios: