PABLO HERMOSO DE MENDOZA, EL BELMONTE DEL REJONEO.

SAN ISIDRO 2013. DECIMOSEXTA DE FERIA.

Por Agustín Hervás

Onda Cero Radio

Hermoso de Mendoza. Archivo.

No cabe duda que el rejoneador estellés  ha cambiado el rumbo del rejoneo a principios del siglo XXI, como lo hizo Juan Belmonte en el toreo a pie, a principios del siglo XX. Sin embargo, con la diferencia de un siglo, ambos toreros, cada uno en su especialidad, han puesto en común la conjugación de un verbo que es alma mater de la tauromaquia. Templar los capotes, templar las muletas en la cara de los toros, fue la máxima verdad de aquel insigne sevillano. Y templar las grupas, en caballos perfectamente domados, y templar a ritmo de estribo la velocidad de los toros, es el máximo logro, y aportación del estellés al rejoneo. Las escuelas que ambos toreros iniciaron perdurarán por los siglos de los siglos, amén.

En esta tarde madrileña de rejones los protagonistas debieron haber sido los compañeros de Pablo Hermoso, Moura padre y Moura hijo, Miguel, que confirmaba la alternativa. No fue así, por la bisoñez del niño y la mala suerte del padre que se despedía de esta plaza de toros. Los toros de los Espartales desiguales de presentación, nobles que se dejaron. Joao Moura anduvo torpón y nublado aunque mostrando en ocasiones, quien ha sido en esto. Su triste despedida cuando se iba de la plaza, con algunos pitos. Pablo Hermoso de Mendoza mejor en su primer toro que en el segundo y el toricantano Miguel Moura en el toro de su confirmación, muy nervioso y sin sitio. Y en el que cerraba plaza mas entonado, pero faltándole una larga y buena cocción.

En el primero, el padre Moura consumó la alternativa entregándole un rejón de castigo a su hijo Miguel. Para con Xarope recortando con la grupa en el centro del ruedo. Con Quite puso banderillas fallando las dos primeras luego fue centrándose con Palpite aunque clavando muy desigual, y con Treinta y tres pinchó dos veces y luego dejo buen rejón de muerte. El toro con cuajo se dejó. Se le notaron los nervios.

El sexto lo paró con Xarope grupeando bien aunque no sea la mejor manera de enseñar al toro a embestir. Dos rejones de castigo pero el segundo muy trasero. Con Quite llevó prendido el toro a la grupa el tiempo que quiso y lo colocó  para banderillear con más acierto que en el primero. Fandango tiene clase pero a su jinete Miguel Moura le falta un punto de remate. Con treinta y tres finaliza con las cortas. Pinchazo y rejón defectuoso.

Segundo terciado. Moura Joao, sacó a Flamenco para parar con sobriedad. El torito flojeando, perdiendo las manos. Con otro caballo angloárabe Jaguar puso banderillas y grupeó bien. Para las banderillas cortas sacó al árabe Pingüino. Con Frexo entra a matar de medio rejón. Echó pie a tierra y descabelló de un golpe certero. Pese a la flojedad el toro tuvo nobleza. Aseado el portugués.

Cuarto, el toro de la despedida de Joao Moura. Flamenco para y el toro busca tablas. Barbero es un caballo feo para poner banderillas y hay eficacia en los lances, no belleza. Con el árabe Pingüino pone cortas pero tampoco hubo belleza. La despedida no es nada sustanciosa. Frexo para matar, pinchazo, no hay temple en la ejecución y los pinchazos se suceden. Pie a tierra y descabello. El toro dejándose no se empleó.

Pablo Hermoso sacó en el tercero a Dante para pararlo. Tocó la grupa dos veces el toro, pero templó bien el tordo. Con Disparate comenzó las banderillas, lo llevó prendido en la cola y luego lo pasó por dentro. El tranco acompasado y el temple exquisito. Continuó la suerte con Ícaro que cosió el toro al estribo. Con Pirata puso cortas y mató. Pinchazo, marronazo, pinchazo, rejón entero. Con magisterio. El toro bueno y muy seguido. 

Quinto parado con Churrumay. Aceptable. Con Manolete comienza banderillas y hubo algún marronazo, pero el objetivo del temple y de las ejecuciones  conseguido. Van Gogh solo nos dejó unas pinceladas a la grupa, y con Pirata cortas a dos manos exageración de temple y buena colocación. Rejón trasero bajo. Oreja. El toro de menor condición pero también se dejó. Vuelta al ruedo.

 ¡Aquí paz y allí gloria!