Toro de piedra de Francisco Rodriguez
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Toros de Victorino Martín para Alejandro Talavante en solitario.
La tarde comenzó con la cerrada ovación del público de Madrid a Talavante agradeciendo el gesto y terminó con los pitos, casi bronca, de Madrid. Indudablemente la gesta tenía un propósito, triunfar y pasar al olimpo de los dioses, y unas posibilidades de fracaso, quedar en el ostracismo y menudear los cotilleos. Posibilidades que en mitades, lo son del toro y del torero. A veces, como en esta corrida el porcentaje del torero se eleva por causa de la responsabilidad contraída. Los “mamamelones” del toreo le echan la culpa al viento y al juego de los toros, y siendo verdad, lo más urgente es considerar que el ánimo de Talavante para matar una corrida “entera” de Victorino no es el más fuerte. Por otra parte gracias a Victorino, Talavante se ha ido andando de la plaza, ayudándole echándole toros terciados, noblotes, sosos y sin peligro. Ninguna alimaña. Eso tiene que agradecerle el torero al ganadero. Hubo toros de tirar la moneda, primero y segundo. Hubo un toro de triunfo, el tercero, y hubo toros de pueblo, para salir aseado y con suficiencia, pero Talavante pensó que iba a poder con ellos seguramente en un arrebato de euforia, y la euforia es cosa de enfermedad. Se equivocó, y en lo primero que se equivocó fue en no pedir, ya que quería hacer una gesta, seis toros, con romana, con trapío, y con chispa, como se los ponen a Aguilar, a Rafaelillo, Urdiales y etc. Ahora en vez de venirse abajo debería pedir otros seis para la feria de otoño.
Primero, terciado, se deja si más en los dos primeros tercios. Por el pitón derecho tuvo faena pero el torero solo le aguantó uno. Por el izquierdo ni se quedó quieto. Estocada que hace guardia. Estocada.
Segundo, chico con cuernos. En el caballo no se emplea, en banderillas corta y echa la cara arriba. En la muleta pasa aunque termina los muletazos arriba. La muleta de Talavante también sale por arriba. No se la baja, no lo domina. Otro toro que se va sin torear. Estocada atravesada. Descabello.
Tercero, mas kilos, largo pero con la carita lavada. Se protesta como el segundo. Cumple en varas, y se deja en palos con la cara arriba. Talavante lo ve por el izquierdo y le liga algunas tandas. La tarde despegó. Lo probó por el derecho y no le gustó. Volvió al pitón izquierdo y citó de frente. Estocada contraria. Descabello en el morrillo, aviso, cinco descabellos y se echa.
Cuarto, se dejó en el primer puyazo y en el segundo quiso quitarse el palo. Cumple en banderillas. Empieza por el izquierdo con una tanda y se muda al derecho. No le gusta al torero este pitón y vuelve al natural. El toro es soso, noble y con media arrancada. La gente le pita. Estocada
Quinto se dejó en el capote y Alejandro toreó a la verónica. El Victorino pelea con empuje. Se emplea bien. Se deja en banderillas. No lo ve claro por ningún pitón y mata de pinchazo y una haciendo guardia y descabello. ¿Era el toro o el torero?
Sexto, se dejó en el capote en modo lidia. Solo cumplió en los dos primeros tercios. A la muleta llegó noble y cariñoso, terminó parándose y cuando Talavante se aburrió, que llevaba la espada de verdad, la montó, y lo mató de una y descabello. ¡Pitos!
¡Aquí paz y allí gloria!
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