13 abril 2012

LOS DAMNIFICADOS DE CHOPERA-DIPUTACIÓN

LOS DAMNIFICADOS DE CHOPERA-DIPUTACIÓN
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Tomada posesión de La Malagueta, por la casa Chopera, de facto - antes de acto, fueron escarceos amorosos para hacerse querer – y verificados los dos primeros festejos, criticados y comentados, a todos los efectos con las variaciones pertinentes según la pluma. Conviene pararse ahora a reflexionar sobre ciertas consecuencias que de la decisión, de que una empresa forastera haya cruzado el umbral de la centenaria plaza andaluza, se hayan derivado. Consecuencias por otra parte normales, quizás asumibles, en tiempos de cambio, de refresco y de nuevos aires, pero consecuencias al fin, que han afectado a casi treinta puestos de trabajo, ocupados por personal malagueño, que desde la época de Manolito Martín Gálvez, se habían, más o menos mantenido.

Se me ocurre pensar que damnificados han resultado los taquilleros que en número al menos de cuatro nos vendían las entradas para los espectáculos. Oficinistas dos o tres, enviados a visitar las oficinas del paro. Los corraleros, un puñado. Aunque malagueños de Fuengirola son ahora los que están. Y Mancebo, el transportista, está que echa chispas. Sus camiones habían cruzado España en busca de toros, cuando la autoridad ¿competente? Se ponía exquisita. De ganadería en ganadería la empresa Mancebo tenía a Puche con un mosqueo superlativo, pues decía el empresario que los iba a hacer de oro, y por ello elevaba preces a los presidentes.

También se han ido al paro los carniceros, que el pasado domingo en la plaza de Marbella, se quejaban amargamente de que nadie (se supone que se referían a la Diputación), hubiera sacado la cara por ellos, ni por nadie de los enviados al paro. En realidad las empresas cárnicas contratadas por las concesionarias de La Malagueta siempre contaron con los matarifes malagueños, para apañar y embarcar las canales.

La cuadra de picar, damnificada también, que aunque era de Toledo, tenía representante malagueño.

Y las mulillas. En La Malagueta desde su inauguración, se habían venido manteniendo dos tiros de mulillas. Arrastre de toros y arrastre de caballos, y aunque el arrastre de toros se venía haciendo por las mulillas de Cedillo, castellano él. Las simbólicas de caballos eran de Torremolinos. Ahora con la llegada de la cuadra francesa, el tiro de arrastre es de caballos de tiro. Economía por tradición, no parece un cambio estético aceptable. Asumible si, pero aceptable, no.

Y finalmente los porteros. Aunque en honor a la verdad aquí las cosas se han hecho como Dios manda. A todos los porteros y acomodadores, según me chivan, se les ha hecho un contrato, de manera que los que eran jubilados y se sacaban en los festejos unas perras, han renunciado a sus puestos en beneficio de otros jóvenes a los que le ha venido de perilla.

Menos mal que los Chopera no han cuestionado al maestro Puyana y su banda de Miraflores y Gigraljaire, como hizo nada más tomar posesión Pedro Ruz, gerente de Puche. Al menos a estos empresarios, y sabiendo lo que se les viene encima de ruina, se les supone sensibilidad musical. Cosa por otra parte de agradecer, pues en verdad, ante una faena ruinosa, y una tarde ácida, la música en La Malagueta suena como en la gloria, para regocijo y satisfacción, del “pagano” que si no es por la vista, sí por el oído, conforma la tarde por el concierto; claro, cuando a Puyana le da por ser democrático, porque cuando se pone dictador, nos corta la música cuando a él le sale de la entrepierna.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todos los cambios que haga un empresario son lógicos en cuanto a ahorrar costes de producción de un espectáculo.
Se juega SU dinero.
Estamos en una sociedad de oferta y demanda; desde mi punto de vista lo veo lógico y más en los tiempos que corren.
Las cuadras de picar han tirado a la calle a las contratas de mulillas haciendo el servicio GRATIS