Castaño. foto de archivo
EL ALBERO TIENE LA CULPA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Los tendidos de la plaza de La Maestranza están sembrados de gentes del campo y del toro. Luego en Farolillos llegarán los forasteros, pero ahora están los que entienden. Se oye de todo, bueno, malo y menos bueno y más malo, y hay cosas que se oyen de los hombres del toro que a veces da vergüenza escuchar. Por ejemplo que el “arbero está pesao”, eso quiere decir que la arena de la plaza sevillana no está compactada, anda muy suelta y se producen unos hoyos de muy señor mío. Es cierto. Es la verdad de lo que en esta feria está pasando. Pero eso no es vergonzoso oírlo. Lo vergonzoso es atribuir al albero la culpa de que los toros no embistan. Es verdad que los ganaderos crían a sus toros con enorme dedicación y dinero y que un toro por el hecho de ser un ser vivo está sujeto a inclemencias y sucesos que afectan tanto a su s psique como a su físico y por consiguiente depende del día responderán de una u otra forma. También es cierto que hay ganaderos jóvenes, se me ocurre pensar en Cuvillo y en La Palmosilla que crían los toros como si criaran atletas (lo digo por el mimo) y que estudian todas las variables para que en conjunto su juego sea espectacular.
Pero veamos. Cuando la arena de un ruedo está compactada tendiendo a dura, decimos que es imposible para los toros pues no se agarran bien y se pueden producir lesiones. Cuando la arena está suelta y se producen hoyos, decimos que el toro no puede sentirse seguro porque en un campo de patatas es imposible torear.
No hay escusas, señoritos. Aceptando la influencia de los pisos más o menos duros, más o menos blandos, en el juego de los toros “atletas” lo que no cabe ninguna duda es que si un toro tiene casta, agresividad y fiereza, ni la arena, ni dios que lo pintó serán impedimento para que embista.
Pues eso es lo que no ha tenido la corrida de Cuadri esta tarde. Casta. Los toros, uno por uno, han engañado en varas, en el primer puyazo. Al ir al segundo se ha visto lo que eran. En banderillas, vamos a dejarnos de que estos toros son así, han cortado, han buscado alamares, y han tenido un peligro de órdago. El quinto se ha dejado mejor. Y en la muleta no han regalado nada, hachazos, temperamento desconcertante y trato distante. El segundo y el tercero los más potables.
Antonio Barrera desilusionado por el lote pero insistente para obtener fruto. Nada. Castaño muy entregado y muy firme, por encima del lote, ve enanos donde hay gigantes. Y Alberto Aguilar, acomodado en sus corridas contratadas y su dinerito, sobredimensionó el bondadoso pitón derecho del tercero, pegando muletazos pero no cuajando.
En realidad en la corrida hubo mucho boato en las suertes, las varas, las banderillas, y algunos momentos de las faenas, para tan poca casta Cuadri.
¡Aquí paz y allí gloria!
1 comentario:
Van dos de dos en las que estoy completamente de acuerdo con su análisis. Y sí, me sorprende porque luego por ahí uno se encuentra crónicas blancas o negras según la preferencias de cada uno.
Los toros de cuadri fueron un corridón por presentación, mansos, aunque como rara vez vemos entrar en condiciones al caballo a los toros en la mayoría de las corridas no podemos comparar la mansedumbre de los cuadris con la mansedumbre de otras corridas. Con fuerza y casta, mucha, con emoción, con interés. Que no fueron fáciles, nadie lo espera. Que los toreros, salvo Castaño, anduvieron una mieja desconfiaos, lo anduvieron.
Castaño en su primero estuvo muy firme, quieto, tirando del toro, llevándolo largo, aguantando....En su segundo la misma firmeza pero todo muy crudo, muy sin lucimiento para público reciente, pero le hizo faena y daba gusto ver como el toro acabó medio pasando...
Aguilar, por motivos que no vienen a cuento, fruto de otras corridas que le he visto, nunca ha sido santo de mi devoción. No se le conoce milagro aún para tenerlo tanto en los altares. Que es bajijo, pues bueno, y que? eso no justifica nada. No se estuvo quiero más que un par de series. Estuvo como la corrida, "con mucha movilidad", hace demasiado teatro, se los echa hacia fuera con un descaro impresionante...
Y Barrera, pasará a la historia como el único Sevillano a quien sevilla no protege. En su primero tras colárse una vez se desconfió y después ya no lo vio, era casi imposible y en su segundo tuvo un inicio de faena muy importante, con una serie ligada, larga, cargando la suerte....y después no quiso o no era su tarde.
Hubo toros, con distinto grado de bravura, (ay si pusieran al caballo como ayer a todos los toros), con escasa nobleza, con mucha casta...hubo toreros y creo que no nos aburrimos.
Gracias,
Fernando.
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