VILCHES LLORA SU DERROTA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
El toreo es desagradecido. El oficio de torero es en sí una "desaborisión". Son muchos los llamados y pocos los elegidos y Luis Vilches no debe ser de los elegidos. Una carrera difícil, complicada y con un tabaco de muerte que deja heridas en el alma. La ilusión de la temporada por el albero maestrante a causa de la espada. He ahí la verdad del toreo. La muerte. Por eso esta fiesta nuestra dejará de serlo si algún día, como piden algunos, incluso periodistas taurinos, no se mataran los toros. La muerte es el objeto de la vida y la esperanza del matador de toros, es vencer a la muerte con su espada después de haber toreado, es decir burlado, a la muerte que es el toro. Esta filosofía que recuerdo aquí y ahora, y que tan a menudo se olvida, es el valor principal y único de nuestra fiesta.
Todos los toreros pasan baches ante la muerte, con la espada. Pero Vilches es nuevo en esto, y los nuevos deben esforzarse mucho más que los veteranos en su correcto uso. Matar a un toro por derecho es difícil, pero es el oficio del matador de toros. Vilches puede seguir esperanzado en que será un elegido, o puede pensar en hacerse banderillero. O retirarse de esto. Lo único verdaderamente importante a cuestionar es si Dios, es buen ojeador. Porque a veces parece que Dios se equivoca al elegir toreros para glorificarlo. Luego si esto le ocurre a Dios. Figúrense que no les ocurrirá a los hombres que se empeñan en ser toreros.
Toda la tarde con ganas. Se le veía en el segundo toro relajado, serio, como si tuviera la temporada hecha o se hubiera tomado una valeriana. El caso es que anduvo aseado con un toro que no humillaba y que embestía por encima del palillo. Pero la espada, ¡Hay la espada! Luego le salió el mansito encastado que se movía en los engaños, que repetía y aunque despegado y sin poder bajarle la mano le sacó las series y hasta abrochó la faena con interés. Pero la espada. ¡Hay la espada!
Sin embargo hemos visto esta tarde una estocada por derecho. No se sabe aún, si fue de chorra o por costumbre, la dio uno de Valladolid que en los carteles reza como Joselillo. Una estocada por derecho es enfrontilarse con el toro, marcar los tiempos del volapié y meter el acero hasta lo gavilanes en el hoyo de las agujas o muy cerquita de el. Eso después de advertirle maneras en el tercero aunque a veces despegado y otras forzado. Lo que ocurre es que sorteó el lote más manejable con toros de distinta condición y lo que le valió para el tercero, en el sexto supo a poco e incluso a insuficiente, pues a fuer de pesado anduvo vulgar con el burraco.
Rafaelillo se enfrentó con un descastado primer toro al que le arrancó algunos pases y alguna serie por el izquierdo. Su labor fue un calco de muchas tardes en los leones y la superó con oficio y maña. Pero con el cuarto toro, el de más cuajo de la tarde y después del esfuerzo de abrir la faena con la pierna genuflexa, de ligar por la derecha y de hacerle tragar algún natural, le faltó decisión para terminar de someterlo por el izquierdo, quizás con alguna posibilidad más de las que Rafaelillo le vio.
Los toros del Conde de la Maza correctos en su presentación, muy en Villamarta. Pitados el primero, el segundo y el cuarto. Manejable el tercero. Aplaudido injustamente el quinto y palmitas para el sexto. En general desaboridos.
¡Aquí paz y allí gloria!
FICHA:
Sevilla. Lunes 20 de Abril. 4ª de Feria.Toros de los Herederos del Conde de la Maza, correctos en su presentación, más cuajado el cuarto. Todos presentaron dificultades, más o menos lidiables. Rafaelillo. Estocada contraria y otra tendida. Ovación. Pinchazo sin soltar, otro que suelta y una tendida. Ovación. Saluda los dos. Luis Vilches. Pinchazo hondo delantero bajo y atravesado, tres descabellos, se echa el toro, lo levanta Tomate, aviso, dos descabellos. Silencio. Estocada atravesada que asoma. Bajonazo. Ovación con saludos. Joselillo. Estocada por derecho. Ovación con saludos. Pinchazo, estocada delantera y baja, aviso. Silencio.
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