Viernes 11 de junio´99.
Marbella, corrida de la feria de San Bernabé.
Toros de Buenavista (desmochados, justos de fuerzas, cumplieron con los montados, complicados 1º, 4º, 6º; nobles 2º, 3º; el 5º se defendió); para el mano a mano entre El Cordobés (dos orejas, dos orejas y ovación) y Julián López "El Juli." (saludos desde el tercio, dos orejas y palmas). A las 11 de la noche.
EL PODER ABSOLUTO
Suelen decir los empresarios que el mejor torero es aquel que llena las plazas de toros y llenar una plaza de toros muy pocos toreros lo hacen.
Estos que alcanzan el logro se convierten en reyes y ostentan el poder absoluto; lo ostenta, que no quiere decir que lo tengan, porque tenerlo tenerlo lo tienen sus apoderados, y los apoderados, salvando honrosas distancias van a llevárselo crudillo.
El poder absoluto se ejerce de varias formas y es que el valido, llámese apoderado, encontró un rey que se deja validar, llámese torerito figura en ciernes. Este llega a una plaza y pum pega cuatro faroles, dos reolinas, una trapajosa chicuelina, pone banderillas fuera de cacho peor que sus banderilleros y coge la muleta despidiendo embestidas y llega el fotógrafo de turno y le saca la mejor foto de quinientas, que ponen en todas las revistas del mundo mundial y a ser posible que se vea la cicatriz en la cara juvenil, que eso viste y vende. ¡Ah! Y por si fuera poco se lo llevan a América, lo exprimen y nos lo devuelven diciendo que el siglo que viene será la era de la julimania o más vulgarmente la "LLULIMANIA".
En esto estamos cuando el valido Victoriano Valencia le va a permitir torear el chorro más grande de becerros jamás toreados en una temporada, ya se sabe, es joven, ahora puede, en las plazas más inverosímiles y a precio único de diez millones de pesetas por corrida. Esto es la explotación de la monarquía, del reinado.
Cuando se anuncia el mano a mano con el Cordobés en Marbella, por la noche, un día del patrón del pueblo, sospechamos que la plaza no se llenaría. Así fue, no se llenó. Sospechamos que los toros no iban a ser de trapío, y así fue, no lo tenían y además sospechamos que el mano a mano era para llevarse el dinero calentito e impedir que un torero de la tierra llamado Juan de Pura, el único de alternativa que ha dado esta ciudad, entrara en el cartel porque el poder absoluto no puede dejar que este se llevara uno o dos milloncitos de caché. Sólo nos quedaba una esperanza y era el ver torear y divertir al personal que pagó religiosamente 9.000 pts por un tendido. Recalco que era noche cerrada y se vendieron entradas de sol y de sombra. ¡ Toma ya!.
Divertirse puede ser que sí se divirtieran las niñas que acudieron a la plaza ya que no cesaron de llamar guapos a los toreros, pero los toreros no divirtieron a los aficionados ya que no pudieron en general con una corrida manejable aún cuando las complicaciones en algunos toros eran manifiestas, - Pero ¿ porqué tienen vitolas de figuras?- para saber justificarse con creces. No lo hicieron, anduvieron por allí haciendo saltos de rana, citando fuera de cacho, toreando despegado, dando cabezazos a los toros en el testuz, simulando combates de boxeo, en definitiva, jugándose la vida valientemente, eso si, como vulgar payaso de feria de Marbella.
Si el Juli no cortó tantas orejas como el Cordobés fue porque pinchó malamente, que si no el presidente a la sazón carnicero, se las hubiera concedido, su inmediato superior Julián Muñoz se las sisaba en el palco y él las concedía. Pero el Juli, no tuvo la noche, dirían los cronistas avezados, todo comprensivos y sobrecogidos, el Juli solo dio buenos, tres faroles y puso un par meritorio por dentro en tres toros, y eso en una figura llamada a mandar en el toreo, con vitola de rey y poder absoluto, es bien poco. Pero no importa, cobrar si cobró y además para los puristas ahí está José Tomás.
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