Domingo, 18 de abril DE 1999.
Novillada sin caballos.
Cuatro erales de Los Palacios, bien presentados, en puntas.1º,2º y 3º con complicaciones quedándose cortos por el izquierdo, pegajosos y con genio. 4º bueno, encastado. Para:
Antonio Castillo (de Coria), ovacion y oreja;
David Cano de Marbella), ovacion y 2 orejas.
Crónica de Agustín HERVAS
El chaval sevillano vino a triunfar y casi le costó sangre; cogido, revolcado, magullado, transido, se iba una y otra vez a la cara del primero para someterlo por el pitón que no quería ir y con alardes de valor más que de técnica, hasta consiguió pasarlo al animal. Casi un calco pero con mayores ganas anduvo Castillo en el tercero al que no queriendo darle cuartelillo lo presionó en el centro del ruedo para estrujar la poca bollantía. Se llevó la oreja al valor de la tarde.
Las orejas del arte se las llevó David Cano, un chaval impregnado del toreo de cintura y de muñeca quebrada, que emociona a la concurrencia por su fino sabor en la concepción del toreo y por el gusto que desprenden sus trasteos. Agarró una buena estocada, la mejor que le he visto, en el hoyo de las agujas y le llovieron los trofeos. Con su primero, nada pudo hacer ya que al dañarse una mano, entró rebrincado a la muleta y calamocheador.
El presidente Sr.Morotti, correcto.
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