6 TOROS 6 / Nº 183.
- ¿Por qué el apodo de 'El paleto de Galapagar'
- Me empezaron a llamar así cuando empecé a lidiar en Madrid, después de una crónica. Nunca me molestó, pues siempre he sabido defenderme bien. Para mí es un orgullo que mucha gente me reconozca como tal, es más en el toreo ha habido personajes bautizados de esa manera: uno soy yo, el otro Domingo López Ortega 'El paleto de Borox', un hombre ilustre y de gran cultura.
- ¿Le gusta vivir entre polémica?
- No, pero muchas veces es necesaria para defender la idea y la tesis de la bravura que uno tiene y que se debe mantener por el bien de la fiesta. Y más ahora que, como esto no cambie, en poco tiempo es todo Domecq y Atanasio, algo gravísimo. Ahora más del 80 por ciento de las ganaderías tienen esa sangre. Por eso hay que defender con uñas y dientes la variedad de encastes. Te voy a poner como ejemplo que si yo quiero comprar un semental para refrescar la sangre, me las desearía para encontrarlo
- ¿Qué entiende usted por casta?
- Lo que debe caracterizar a los toros bravos, junto con fiereza.
- Dicen que hoy se torea mejor que nunca, ¿es verdad tamaña afirmación?
- No, eso es mentira, por muchas razones, los toreros de hoy no saben lidiar. Por otro lado, desde hace unos años, se echa en falta a ese torero que es el espejo de todos los que empiezan, como lo fueron en su tiempo Antonio Ordóñez, 'Antoñete' o Andrés Vázquez.
- ¿Qué recuerdos guarda de la época en la que fue ganadero salmantino?
- Ya ha pasado mucho tiempo desde aquello, cerca de treinta años, pero fue una época muy feliz, de sueños y de lucha que se han visto compensados. Mi ganadería estuvo un tiempo en La Nava de Yeltes, cerca de Retortillo y Martín de Yeltes, al lado mismo estaba lo de Sánchez-Arjona, que entonces tenía encaste Coquilla. En esa época tenía mucha fuerza Paquito Pallarés, que toreaba como los ángeles. Su padre, el señor Ramón 'El Gallego' era muy amigo mío. También recuerdo al hijo del jefe de estación de El Collado, toreaba muy bien.
- ¿Va mucho por Salamanca?
- Sí, mucho, además estoy muy pediente de todo lo que sucede allí. Continuamente estoy en contacto con gente de Salamanca para cambiar impresiones.
- ¿Y qué opina del actual momento ganadero?
- Malísimo, la casta se está perdiendo. Hay muchos ganaderos que con las burras que están lidiando no sé qué van a sacar. La mayoría están vendidos a las figuras criando un toro que se amolde a ellos. Fíjate que los hay que quieren criar un toro que no moleste. Todo eso es muy triste y me parece una bestialidad.
- ¿Por qué rompió con Miguel Abellán?
- Por circunstancias dela vida, fue algo muy doloroso, pues yo quería y quiero mucho a Miguel, pero la vida es así. Hace unos días me brindó un toro en Olivenza y no pude contener la emoción.
- ¿Qué hará en Navidad?
- Esta noche estaré en casa, donde cenaré con mi familia; luego, mañana, coincidiendo con Navidad me marcharé a Colombia, para ver, un año más, la feria de Cali, la mejor y más importante de América.
- ¿Cual ha sido su mejor temporada desde que es figura?
- Hay dos que no olvido, la de 1982, en la que tuve tantos triunfos como aquella corrida del siglo, de inolvidables recuerdos. También ésta, ha sido tan o más importante como aquélla o, incluso, más.
- ¿Por la regularidad?
- Sí, sobre todo por ese motivo ha sido fabulosa, en general ha sido muy aceptable.
- ¿Cuál es el secreto de su triunfo?
- Constancia, trabajo, mucha afición y, ante todo, conocer perfectamente la ganadería. Ahora hay mucho nuevo rico que se hace ganadero por esnobismo, para presumir en las ferias. Luego, así le luce el pelo.
Y dejamos a Victorino, polémico y sincero que marcha camino de tierras sorianas, como Antonio Machado, donde ese día, la peña José Luis Palomar le tributaba un homenaje.
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