02 agosto 2023

AZPEITIA. FERIA DE SAN IGNACIO 2023. LA PALMOSILLA FRACASA Y LUQUE LE SALVA UN TORO AL GANADERO

 


Fue el quinto toro, número 14, de correcta presentación en una corrida desigual e indecente para Azpeitia (para otra plaza de tercera de Andalucía quizás aceptable) que cumplió en la univara y en banderillas se dejó. Un toro sin fuerza que a la muleta llegó noble, acudiendo a la franela. Encastado, bravo y que fue ovacionado al arrastre, no por mérito propio sino del torero porque las fuerzas detonaron cualquier explosión de la sublime casta que atesoraba. Daniel Luque, que sustituía al anunciado Morante lo tomó a media altura por el pitón derecho y lo templó (ni una vez le cogió la muleta). Sin molestarlo, ayudándolo en cada pase, en cada pausa, en cada cite. Una faena de cuidados paliativos que mereció la pena ver pues complementó toda la sabiduría y maestría que le hemos visto a este torero en esta temporada. Luego por el izquierdo en un concepto superlativo del natural (a lo enfermero) lleno de confianza y clarividencia. Portento de entendimiento de tres estrellas me maravilló. Y el temple otra vez por el pitón derecho en el toreo en redondo, de alta escuela. Le dieron las dos orejas, premio sin duda merecido, pero yo vi en los ojos de Luque que sabiendo que había sido un toro mortecino supo sacarle la bravura que llevaba dentro y eso, precisamente eso, fue lo que satisfizo al torero.

Con el segundo toro del encierro un animalucho sin cara y escaso de fuerzas que se dejó sin emoción le hizo una faena consintiéndole a base de temple y a la voz. Una faena para el aficionado porque para el público no hubo nada más.

En esta feria he recordado a mi admirado José María Recondo que me habló muchas veces de esta feria, de Azpeitia, de sus ancestros y de estos lugares vascos, mágicos y embrujados por los que transcurrieron sus primeros años de torería. Una feria que organizó durante muchos años y que vendió al mundo taurino y exterior para ponerla en el lugar en la que ahora se encuentra, pero una cosa si les digo, le hubiera sonreído a Javier Núñez (La Palmosilla), pero jamás le hubiera comprado esta inmisericorde corrida lidiada en la última de la feria del 23. 

Juan Ortega que se presentaba en esta plaza apuntó en el tercer toro, otro chico y sin cara. Hizo el mejor torero de capote de la feria a la verónica y hasta que el toro se puso calamocheador y arisco lo vi centrado en la apertura de la faena, con gusto, y luego voluntarioso y solvente. Luego con el sexto, un deslucido y pegajoso sexto, muy terciado, que fue pitado al arrastre, lo macheteó como supo, viéndose acosado en varias ocasiones. Aquí estuvo menos solvente.

Abrió el cartel Paco Ureña al que no vi centrado en conjunto. Con el sobrero primero (impropio de presencia) y muy justo de fuerzas aunque bueno y pronto, no se acopló por el izquierdo y por el derecho dio muchos pases sin orden. El toro fue desaprovechado por el matador.

El cuarto, que fue protestado de salida, justo de fuerzas, reservón, embistiendo a oleadas y andarín  no tuvo peligro y es por lo que no entendí por qué el torero estuvo sin acople al principio y aunque le sacó algunos buenos muletazos al natural, terminó poniéndose pesado y porfión, fue avisado, le pitaron la pesadez.

¡Aquí paz y allí gloria!

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