FERIA DE ALMERIA 2013. 22 DE AGOSTO. SEGUNDA DE ABONO.
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
La corrida de hoy en Almería tenía la simpática nota del debut en el palco de Benjamín Hernández Montanari, otro seglar que se hartó de largar como gente de prensa y ahora, elevado a los altares, le sopla sin contemplaciones tres orejas a don Julián el de los gatos, como le llaman por Málaga. De las tres, dos pañuelazos de una vez. ¡Toma ya, para que se sepa que es buen aficionado! O claro para evitar broncas, o para eximirse del miedo del debut presidencial. El caso es que escrito queda en el capitulo correspondiente del diario de sesiones de la conmemoración del 125 aniversario de esta plaza, su debut.
El complemento de esta efeméride viene soportado porque un toro de Domingo Hernández, el primero, fue aplaudido en el arrastre, igual que el segundo de Garcigrande, y el tercero de Hernández fue despedido con palmas. Al cuarto lo pitaron. Antes de esto los animales cumplieron en el monopuyazo, apretando con las caras altas, los picadores tapando las salidas, los toreros consintiendo y los aficionados ameritando. Pues igual que el nuevo presidente, que ya podría armarse de responsabilidad, y mandarlos a todos a dormir a los calabozos de la plaza. Estos toros de las figuras (la verdad es que los matan como a moscas, lo digo por la cantidad, no por la efectividad) mansearon en los dos primeros tercios y en la muleta se dejaron con amplitud los tres primeros y se pararon el resto, pero ninguno de los seis (primero y tercero de Domingo Hernández, resto de Garcigrande) tuvo malos modos y maneras. El primero y el segundo con gran fijeza. Casi todos con la manicura, y en presentación con desigualdades. Algunos largos y grandes, huesudos, como el primero, otros como el sexto, recortadito y apretado.
Ponce que se fue de vacío al fallar con los aceros, firmó una faena aseada al primero, y más trabajada al cuarto al que le consiguió sacar un par de tandas o tres con importancia. Vivió todo el trasteo enfadado porque sabía cómo iba a ser el toro, ¡qué clarividencia Dios mío! ¡Qué portento!!
El Juli que enjaretó una faena técnica y meditada al segundo del encierro, sin embargo eléctrica y a veces despidiendo al toro, cortó las dos orejas, y otra mas, de menos peso, al quinto que a pesar del esfuerzo del toreo, terminó parándose.
Es cierto y verdadero, no hace falta que pidan responsabilidades penales por eso, que Perera cortó otra oreja, pero ni por esas entra este torero en Almería, le está costando un enorme trabajo. Le anotamos dos tandas de naturales con importancia, y el resto ir y venir y echarse encima del toro. En el sexto nada hizo para alcanzar la gloria.
¡Aquí paz y allí gloria!
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