Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
SAN ISIDRO 08 TOROS DE SAN PELAYO para rejones. Mansos, quinto y sexto manejables. JOAO MOURA: silencio en el lote. HERMOSO DE MENDOZA: silencio y oreja. ANDY CARTAGENA: saludos y dos orejas.
Que los toros del Capea con el nombre de San Pelayo hayan sido mansos no quiere decir que los cristianos que iniciaron la Reconquista lo fueran. El Niño de la Capea se sabe la historia y esto no es nada más que una broma para cuadrar el titulo de la crónica, o hubiera podido ser que la corrida de hoy la hubiéramos visto con caballos árabes, veloces y resistentes como el viento, y los jinetes con capa y turbante. Quizás mejor. Cada cual fiel a lo suyo, como Joao Moura, vestido como los suyos, y los caballos puestos como los suyos que son los modos portugueses. Menos estos dos rejoneadores que se visten de corto y luego ensillan con monturas mixtas para que cuando den caballazos no se caigan. Ponen gamarras desde el pecho petral a la muserola para que las caras de los caballos vayan recogidas, y usan los bocados portugueses y los estribos niquelados. La indecencia y la vulgaridad se instalan en el rejoneo desde que se le quitó la seriedad al toro y desde que se abusa del caballo utilizándolo como peto.
Es la primera corrida que veo de este hierro de la procedencia murubeña del Capea, y es lo mismo que cuando vi lidiar su primera novillada. Manseando todos, saltaron al callejón un par de ellos. Hoy no saltaron al callejón, aunque alguno hubo que quiso. Quizás sea el látigo de la enseñanza pero según parece todo lo primero sale manso, imagino, que buscando lo que luego será la bravura. Lo que ocurre es que así no se puede un ganadero presentar en Madrid. Cosa curiosa que los toros acusaran los carruseles, que Mendoza impuso, para parar al toro. Tanta vuelta sobre sí mismo, que los toros se iban a tablas aburridos. Sin paliativos. Mansos.
Pero esta es la plaza de Las Ventas y hay que venir con todas las garantías, de ganado, de caballos y de entrega. Y por las circunstancias antedichas las tres orejas cortadas, no han podido ser más pueblerinas. Un publico festivo no ve bien la corrida pero acepta los números circenses. ¡Mester ver!
En verdad el esfuerzo de los rejoneadores por sacar adelante la corrida y tapar el fracaso de El Capea, ha sido ímprobo, y como lo que "no pue ser, no pue ser y además es imposible" los rejoneadores se estrellaron con los cuatro primeros toros y se salvaron los muebles en los dos últimos.
Moura se deja enganchar los caballos, como todos, con Castello pone palos buenos en los medios, y haciendo bien las suertes al estribo. Moura es el rejoneador que más castiga los flancos de los caballos con las espuelas. Los de Castello ensangrentados. Con el cuarto bregó mucho. Lo saca, se va. Se viene, se vuelve a ir. Vuelve a sacar a Castello con el que juega y clava al hilo de las tablas. Una brega intensa del portugués con este caballo con el que arriesga y es tocado por el toro en casi todos los embroques. Tuvo mérito.
Hermoso para con Curro y estuvo perfecto de ejecución y de colocación en los de castigo. Fue de frente y se lo dejó venir al estribo. Con Chabola en banderillas necesita, como en todos los caballos, las dos manos a las riendas para que le obedezcan en las dos pistas. Oro Viejo es un caballo que le teme a las cercanías y Hermoso se deja llegar mucho al toro que tropieza al caballo. El quinto se movió más. Con Chenel a banderillas. Buenas las primeras. Cuando el toro va a menos obliga a que el embroque no se ajuste. Con Nativo da un buen rejón de muerte que hace rodar al toro.
Cartagena en su línea circense pone rejones con habilidad. Con Magno tiene problemas en las batidas para los terrenos propicios para que el toro le llegue. Con Pericalvo y su baile con las manos en extraordinario numero circense arrebató al publico. Con Carioca da rejón caído buscando los adentros, entre las tablas y el toro le dan las dos orejas.
¡Aquí paz y allí gloria!
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