07 abril 2008

MANZANARES CONQUISTA SEVILLA

Detalle de La Maestranza. Por Rodriguez.

MANZANARES CONQUISTA SEVILLA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio.

SEVILLA 08. Toros de Juan Pedro Domecq y un sobrero de Parladé en cuarto lugar, impresentables. El sexto ovacionado en el arrastre. Enrique Ponce, ovación y silencio; Sebastián Castella, silencio y ovación; José María Manzanares, silencio y dos orejas.

La estética de Manzanares, la composición, el uso de la razón y el entendimiento del toro, del sexto toro, ha propiciado que el torero de Alicante levantara una tarde absolutamente perdida otra vez por los toros de la misma familia. No fue faena de dos orejas, pues para ello es necesario otro toro, la conjugación de series y tandas ligadas por ambos pitones y una estocada en los rubios. No puedo ni quiero quitarle mérito al artista porque bien estuvo no meterse con el torito para no agobiarlo (¡qué cosa esa de no agobiar a un toro!), medirlo mucho para que no se le rajara... y en fin, cuidarlo ¿?. Así fue la tarde y a poco que Manzanares se dejó ver, ¡todos con Manzanares! Igual pasó ayer con Morante, pero este falló a espadas, ¡si no! También hubiera cortado orejasssss. Arrastro la "s" por que me da la guasa.

La corrida de toros de Juan Pedro ha sido la corrida de SIN – SIN. A saber: sin chispa, sin clase, sin gracia, sin fuerza, sin sustancia, sin trapío. Con dos novillos, (todos eran de presencia novillos), quinto y sexto que se han movido algo más.

Urge, después de lo visto, seguir reflexionando. Juan Pedro con su tontería del toro artista lo que está haciendo es aguar el vino y como no se le supone Jesucristo, aquello no mejora, empeora la calidad. Otra reflexión más. Ponce que es tan listo. Se apunta a esta pantomima. A la afición no le sirve este torero con esas birrias. A la afición no le sirve ese toro para ese torero. Más reflexiones. ¿Por qué se le consiente a Juan Pedro lo que se le consiente en esta plaza? ¿Por qué la Maestranza se deja dar por donde amargan los pepinos? Juan Pedro se ha reído de la afición y la afición ni "mu". Bueno, algún desalmado (eso estaría pensando algún sevillita), protestaba a algún toro. Y cuando llegó el de Manzanares los que protestaron y los sevillitas, ya no se acordaron que era medio toro. Manzanares anduvo dispuesto en el tercero que no tenía nada de vino. De pinchazo y estocada traserita lo despachó.

Los taurinos, esos que entroncan con el modernismo de la tauromaquia, la disculpa fácil y hueca, piensan que por el hecho de que una corrida de toros sean mulos, gatos o birrias, el torero está eximido de responsabilidad para con ella. ¡Pues no! El torero finalmente es responsable de todo lo que pasa en el ruedo pues es él el que acepta apuntarse a esas corridas, sean luego birrias o sean bravas, y es él, y no el aficionado, el que cobra por ponerse delante de lo que él, ha elegido. Ocurre con frecuencia que, como pasó con la de Torrealta, los toros se los cambia la autoridad, y entonces los toreros se cabrean porque no son los toros que han elegido ellos. Hoy la autoridad debería haber suspendido la corrida, impropia para Sevilla. Y como no ha sido así, al menos la autoridad, debería haber devuelto en vez de uno, cinco a los corrales. Pero ya se sabe que en esta fiesta lo que falta es autoridad.

Ponce, aunque alguien haya visto otra cosa, no estuvo bien con estos toros. ¡Oiga, se le pegó pases! Eso, eso, le pegó, no toreó. Porque no se puede llamar torear a semejantes semovientes, encima con el pico, encima, acompañando, y yendo por aquí y por allí sin mérito alguno. En el momento que está este torero, no debe estar para esto. Sólo para irse a su casa.

Castella tiene la cabeza gorda. Porque la adorna con bastante pelo y porque a pesar del viento, que molestó toda la tarde, menos cuando rompió a llover, se empeño en hacerle faena en los medios al segundo. Claro, no le dio ni uno. Y con el quinto, el novillo más fiero del encierro se estuvo quieto, pegándose el arrimón. El arrimón, no crean, pegarse un arrimón tiene su mérito la gente lo valora, pero torear es otra cosa. Aún así, torear de cerca, que no quiere decir manchándose el vestido, lo hacen muy pocos, porque para torear cerca y con los pies quietos hace falta tenerlos bien puestos, y los machos bien apretados.

La suerte de varas es una cosa que debe desaparecer de las plazas de toros y llevársela a los parques temáticos que quieren hacer los animalistas. Irremediablemente tengo que acordarme de Tábora, que fue el primer ¿artista? en humanizar este espectáculo, ocultando detrás de las bambalinas la verdad de esta fiesta. La sangre y la muerte. Las dos cosas más importantes de la vida.
¡Aquí paz y allí gloria!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que despues de leer este comentario de la corrida de hoy y sobre todo en lo referente a la responsabilidad de los toreros, que citas Agustin, al final Cortinar tendrá una explicación suficiente y se quedara tranquilo de que no se critica a tod el mundo, por criticar. ¿No?
Salud
El Coronel

Anónimo dijo...

si,ok.

cortinar

Anónimo dijo...

Mañana no tendremos corrida de que hablar porque está cayendo la mundiá.
Puntillero.