LUIS FRANCISCO ESPLA. DESAPARECIDO EN COMBATE
Dicen las gentes del toro que es difícil que un toro coja a Luis Francisco Esplá. Pero no imposible. El astuto torero alicantino tampoco se escapó de la cornada en un año especialmente sangriento. Y no sólo vio cómo le calaba un toro de Guardiola en El Puerto sino que además, y lo que es peor, le producía una seria lesión de clavícula que le sacaba definitivamente de una temporada especialmente orejera para él.
No es el "Bambino" un torero obsesionado por
los apéndices auriculares. Ni los busca ni los necesita. Hace ya tiempo que sus
temporadas se sitúan casi al margen del sistema, con una filosofía distinta no
sólo de la lidia sino de la autogestión de su carrera. Pero este año las cosas
le rodaban mejor que otros, tanto que cuando aquel toro de El Puerto le mandó a
la cama, 17 de agosto, ya llevaba casi las mismas corridas que en el 96. Ese
aumento de contratos estaba basado, sin duda alguna, en su éxito ante un bravo
ejemplar del Conde de la Corte en la feria de San Isidro.
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