28 marzo 2023

LA POESÍA EN LA HISTORIA DE LA TAUROMAQUIA: Lope de Vega. Luis de Góndora.

 



Felix Lope de Vega y Carpio: Nació en Madrid en 1562. Es considerado uno de los más importantes poetas y dramaturgos del llamado “Siglo de Oro” español, así como uno de los más prolíficos autores de la literatura universal reconocido por Miguel de Cervantes como “Monstruo de la naturaleza”. Lope fue el artífice de la construcción del teatro moderno.

Fragmentos de su poema a las “ Fiestas en la boda de Lido, rey de Andalucía, con Clorinda, Hija del rey de Fez”.


Furioso un toro de la puerta arranca

bajando el cuello y erizando el cerro,

hecho remiendos de la frente al anca,

temido por feroz desde su encierro;

con una estrella en una mancha blanca,

del dueño suyo conocido hierro;

gruesa, cual todos, tiene las cervices,

de cuernos junto, abierto de narices.

Su fiereza juzgaba en sus arrugas

el temeroso vulgo, y los jueces,

que entre mil remolinos y verrugas

mostraba el rostro herido tantas veces.

No dio naturaleza a las tortugas

más dureza que al cuello en sus dobleces;

ojos y boca, con bramidos y luces,

parecen disparados arcabuces.

Clorinarda, que mira al triste moro,

entre sí se deshace tiernamente,

como la nieve que los rayos de oro

del sol de julio sobre el monte siente.

Hizo tales hazañas Cardiloro

que el aplauso famoso de la gente

lo abrazó mucho más, porque a quien ama

crece y dobla el amor la buena fama.




Luis de Góngora: Nació el 11 de julio de 1561 en Córdoba. Fue el máximo exponente de la corriente literaria conocida más tarde, y con simplificación perpetuada durante siglos, como culteranismo o gongorismo, cuya obra será imitada a lo largo de los siglos en Europa y América.

De Luis de Góngora producimos la décima «de un caballo que le mató un toro» que en 1611 escribe el poeta dirigida a su amigo Pedro de Cárdenas y Angulo, picador cordobés aficionado a las artes y la poesía.


«De un caballo que le mató un toro

murió Frontalete, y hallo

que el cuerno, menos violento,

le sacará sangre al viento,

pues mató vuestro caballo.

Hipérbole es recelallo,

mas yo, Don Pedro, recelo

(después que no pisa el suelo

vuestro Flegronte español)

que a los caballos del Sol

matará el toro del cielo.


Tres años más tarde, en 1614 Góngora volvió a escribirle a Pedro Cárdenas, esta vez el soneto «A Don Pedro de Cárdenas, en un encierro de toros» inspirado por la afición a los toros demostrada por su amigo, en el que vuelve a mencionar otro caballo de Cárdenas de nombre Zagal.


A DON PEDRO DE CÁRDENAS

Salí, señor don Pedro, esta mañana

a ver un toro que en un Nacimiento

con mi mula estuviera más contento

que alborotando a Córdoba la llana.


Romper la tierra he visto en su abesana

mis prójimos con paso menos lento,

que él se entró en la ciudad tan sin aliento,

y aún más, que me dejó en la barbacana.


No desherréis vuestro Zagal, que un clavo

no ha de valer la causa, si no miente

quien de la cuerda apela para el rabo.


Perdonadme el hablar tan cortésmente

de quien, ya que no alcalde por lo Bravo,

podrá ser, por lo Manso, presidente.

Luis de Góngora

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