Felix Lope de Vega y Carpio: Nació en Madrid
en 1562. Es considerado uno de los más importantes poetas y dramaturgos del
llamado “Siglo de Oro” español, así como uno de los más prolíficos autores de
la literatura universal reconocido por Miguel de Cervantes como “Monstruo de la
naturaleza”. Lope fue el artífice de la construcción del teatro moderno.
Fragmentos de su poema a las “ Fiestas en la
boda de Lido, rey de Andalucía, con Clorinda, Hija del rey de Fez”.
Furioso un toro de la puerta arranca
bajando el cuello y erizando el cerro,
hecho remiendos de la frente al anca,
temido por feroz desde su encierro;
con una estrella en una mancha blanca,
del dueño suyo conocido hierro;
gruesa, cual todos, tiene las cervices,
de cuernos junto, abierto de narices.
Su fiereza juzgaba en sus arrugas
el temeroso vulgo, y los jueces,
que entre mil remolinos y verrugas
mostraba el rostro herido tantas veces.
No dio naturaleza a las tortugas
más dureza que al cuello en sus dobleces;
ojos y boca, con bramidos y luces,
parecen disparados arcabuces.
Clorinarda, que mira al triste moro,
entre sí se deshace tiernamente,
como la nieve que los rayos de oro
del sol de julio sobre el monte siente.
Hizo tales hazañas Cardiloro
que el aplauso famoso de la gente
lo abrazó mucho más, porque a quien ama
crece y dobla el amor la buena fama.
Luis de Góngora: Nació el 11 de julio de
1561 en Córdoba. Fue el máximo exponente de la corriente literaria conocida más
tarde, y con simplificación perpetuada durante siglos, como culteranismo o
gongorismo, cuya obra será imitada a lo largo de los siglos en Europa y
América.
De Luis de Góngora producimos la décima «de
un caballo que le mató un toro» que en 1611 escribe el poeta dirigida a su
amigo Pedro de Cárdenas y Angulo, picador cordobés aficionado a las artes y la
poesía.
«De un caballo que le mató un
toro
murió Frontalete, y hallo
que el cuerno, menos violento,
le sacará sangre al viento,
pues mató vuestro caballo.
Hipérbole es recelallo,
mas yo, Don Pedro, recelo
(después que no pisa el suelo
vuestro Flegronte español)
que a los caballos del Sol
matará el toro del cielo.
Tres años más tarde, en 1614 Góngora volvió a escribirle a Pedro Cárdenas, esta vez el soneto «A Don Pedro de Cárdenas, en un encierro de toros» inspirado por la afición a los toros demostrada por su amigo, en el que vuelve a mencionar otro caballo de Cárdenas de nombre Zagal.
A DON PEDRO DE CÁRDENAS
Salí, señor don Pedro, esta mañana
a ver un toro que en un Nacimiento
con mi mula estuviera más contento
que alborotando a Córdoba la llana.
Romper la tierra he visto en su abesana
mis prójimos con paso menos lento,
que él se entró en la ciudad tan sin aliento,
y aún más, que me dejó en la barbacana.
No desherréis vuestro Zagal, que un clavo
no ha de valer la causa, si no miente
quien de la cuerda apela para el rabo.
Perdonadme el hablar tan cortésmente
de quien, ya que no alcalde por lo Bravo,
podrá ser, por lo Manso, presidente.
Luis de Góngora
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