MADRID FERIA DE OTOÑO 2013. LAS VENTAS. ¡ESA COMPOSISIÓN!

MADRID FERIA DE OTOÑO 2013. LAS VENTAS.

¡ESA COMPOSISIÓN!

Por Agustín Hervás

Onda Cero Radio

Toro de piedra de Francisco Rodriguez

Cuando he visto torear hoy al novillero Diego Fernández me he acordado del insigne filósofo de los tendidos, El Diamante Rubio, que escudriñaba tras sus gafas de armadura negra sin cristales, todo lo que sucedía en el ruedo y cuando acomodaba la cosa gritaba, y lo mas curioso, todo el mundo lo oía:

.- ¡Esa composición!

Es verdad que la mayoría de las veces se refería a los arranques de la música, pero como en Madrid no la hay en la faenas, bien podría aplicarse a los efectos compositivos del chaval palentino. Morfogramas y nada más es lo que Diego Fernández ha podido resaltar en su toreo porque su primer novillo del Ventorrillo, alto, feo y sin fuerza no se empleó y se rajó. Voluntad y gusto, y una estocada caída a capón le llevó a saludar en el tercio. El mismo trofeo obtuvo después de matar al quinto, tras una estocada, donde el novillo se dejó sosamente. Lo más destacado de la lidia de este fueron dos pares de rigurosa ortodoxia de Miguel Martín que saludó sin rémora.

Abría el cartel y la feria otoñal madrileña Javier Jiménez que se fue de Madrid con tres tandas buenas. Una en el primer Ventorrillo y dos en el cuarto. Con el primero no se acopló que aunque justo de fuerzas, fue noble. Y con el cuarto que fue de más a menos, se vio contrariado porque le aplaudieron al novillo y él al saludar escuchó división de opiniones.

El tercero no tuvo clase y tampoco cara, quiso saltar y se encontró con un Juan Ortega fallando con los aceros y después de tres pinchazos, un aviso, un pinchazo más y un descabello el novillo se echó y el novillero fue pitado porque obviamente no lo mató. Claro los novilleros aprenden de los matadores y todos andan a sus anchas porque la autoridad no se pone en su sitio. Con el novillo mas encastado del encierro y el mejor presentado, el sexto, no pudo. No lo entendió y como consecuencia de los hechos, lo maleó, con lo que el animal fue de más a menos y enterándose de lo que allí había, por eso le puso las cosas difíciles para matarlo cogiéndolo de mala manera al entrar por vez primera a matar, por fortuna sin consecuencias, después dejó una estocada corta delantera, fue avisado y descabelló. El novillo fue aplaudido.

¡Aquí paz y allí gloría!