12 octubre 2013

DIEGO VENTURA Y DAVID GALVÁN CORTAN UN RABO EN FUENGIROLA

TRIUNFAL CORRIDA DE FERIA EN FUENGIROLA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Diego Ventura cortó dos orejas  en su primer toro y el rabo del segundo, que hizo cuarto. Los dos buenos ejemplares de la ganadería de Luis Terrón posibilitaron su labor, si bien el primero tuvo mas recorrido y el cuarto un galopito mas templado que aprovechó el rejoneador para sacar a su caballo Milagro y poner banderillas  con un temple exquisito, y hacer quiebros impensables, de despaciosos y milimetricamente medidos. Sin lugar a dudas fueron los momentos mas emocionantes de una corrida que en lo concerniente al toreo a pie también resultó exitosa aunque con matices.
Salvador Vega que sustituía a Jimenez Fortes, que inesperadamente ha cortado la temporada, sorteo un lote de Benjumea, variado en hechuras y en juego. El jabonero primero  un inválido y demasiado terciado tuvo muletazos que el malagueño dio dejándose enganchar mucho la muleta. Demostró oficio pero poco más, cortándole una oreja después de media trasera y tendida, más dos descabellos. El quinto muy bien presentado y de capa flor de gamón  fue manejable y salvo algunos muletazos sueltos, y bastantes más, demasiados, sin contenido, dio la impresión de no haber concebido una faena armónica. Le dieron dos orejas tras media en los costillares, y una entera.

Causó muy buena impresión David Galván en Fuengirola, por su concepto del toreo, por su estilismo, por su buena colocación y por su sentido de la lidia. Al tercero de Benjumea que resultó bueno, le cortó una oreja después de un planteamiento con gusto en general y con algunos pases de ortodoxia. Se antojó que el toro hubiera necesitado más profundidad y toreo de esencia, que de brillo. Con la espada mal, tres pinchazos y una tendida trasera. Donde sí convenció el de Algeciras fue en sexto, un toro grandón que arreaba y que a la salida de un puyazo lo empitonó afortunadamente sin consecuencias. El torero se puso en el sitio, le consintió, que es un síntoma de valor innegable, y demostró emplear la cabeza. La faena fue intensa y llegó al generoso respetable que le pidió y fue concedido un rabo.
¡Aquí paz y allí gloria!

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